“La nostalgia no es una categoría estética”
Michel Houellebecq, Sumisión, 2015
Introducción
Este post es el segundo intento de escribir un post en este blog después de AÑOS. El primer intentó lo aborté a punto de terminarlo.
La razón de haber intentado escribir el anterior fue un mero ejercicio optimista. Es decir, ¿no sienten que Twitter ya murió y es la hora de regresar a los blogs?
Yo más o menos sí.
¿Recuerdan cuando en 2007-2011 la gente IBA A UNA PÁGINA y, de hecho, LA LEÍA? A veces incluso comentaban algo. No hablábamos de filosofía ni política, a lo mucho de videos de youtube o de letreros mal escritos en la calle, pero hablábamos.
Los blogs fueron un momento glorioso si los viviste medianamente cerca. No hablo de los millones de notas web escritas por robots donde vaticinaban "una revolución en el mercado editorial debido a la popularización de los blogs" (¿se acuerdan que hasta la UNAM cayó e intentó hacer un reality show sobre bloggeros?), tampoco hablo de los comediantes que luego se convirtieron en chistuiteros, sino de lo que los blogs representaban al nivel más simple, a nivel de tierra: intercambio.
El otro día, en una mesa que incluyó sorpresivamente a más de un ex-bloggero, el gabrielón definió muy bien la era de los blogs: "teníamos toda la libertad para decir lo que quisiéramos, pero como que no teníamos nada que decir".
En los tiempos de los blogs podíamos hablar de lo que fuera. Por ejemplo: yo mismo he revisado este blog (no lo hagan ustedes) y he encontrado, más que rants, opiniones verdaderamente impopulares, por decirlo de la mejor manera… Y LO DIGO YO. En alguna ocasión algunos desconocidos me imprecaban. Uno incluso me trató de educar usando palabras como lumpen. A la fecha sigo sin ganas de averiguar qué significa. Ese tipo de opiniones, si las vertiera en Facebook o Twitter el día de hoy no pasarían ni 4 horas antes de que empezaran a volar, en el mejor de los casos, cuestionamientos abiertos (como cuando en una discusión de política alguien agrega el lastimero 'bueno, ¿pero tú qué propones?), y en el regular: groserías, taggeos a terceros sólo para que vayan a indignarse de a gratis, afrentas personales y gente eliminándome. Facebook es un campo minado incluso si no eres de los que postean noticias de Aristegui, y eso que yo ni siquiera tengo a familiares incómodos o a mis tías, yo a duras penas comparto gifs de anime. Revisen lo que compartían en 2007, 2008, 2009. Los invito a que se atrevan a postear cosas más o menos en el mismo tono hoy. No pueden.
Siempre digo, en tono de broma, que el 2006 fue el año del renacimiento mexicano (cimentó la cultura audiovisual sobre la que descansaría el imperio infantilista 'hipster' de hoy), pero ciertamente eso no tocó a los blogs. Si algo ayudó a que nos escribiéramos y nos leyéramos tantos años (media década de correspondencias no se me hace poca cosa) fue ese simple acto comunicativo de intercambiar impresiones, dialogar, si quieren, o ya de perdida compartir o reseñar. Pocas palabras han sido tan desgastadas por el s.XXI como estas, pero a veces sirven para lo que dice que son.
Regresando al punto, la razón de haber escrito el anterior post (90% igual a este, valga decir) y haberlo borrado de últimas es que, después de escribir toneladas y adjuntar un montón de imágenes aleatorias, pensé: ¿a quién le importa?
O sea, ni a mí.
Bueno, en realidad sí pero no.
Este año volví a dedicarle un cierto tiempo a cultivar mi educación sentimental a la antigua, es decir: viendo películas (gracias, youtube.com+nombre de película+full movie eng subs+enter), leyendo libros, escuchando discos y leyendo comics, incluso llevé un registro. Por cada cosa nueva, bajaba la portada de lo que fuera a una carpeta titulada "Vi, oí, leí 2016".
Valió bastante la pena. Piensas en, digamos, el tú-comsumidor-de-cultura-de-enero y el tú-consumidor-de-cultura-de-diciembre y ves cambios que te hacen pensar que quizá ahí hay algo que vale la pena contar. Algo así como lo que decía Coupland, que una vida necesita tener un grado en el que valga la pena ser contada.
En realidad, valga decir, no hay nada, consumir cosas, por más que puedan llenar un alma, no crea historias (así como reconocer la creatividad no es un acto creativo, el ethos sobre el que descansa Tumblr), pero consumir DA esa sensación. Más o menos.
Momento de reflexión: ¿recuerdan esas horas y días y semanas dedicada a algún libro / disco / película / serie?, ¿esas noches sin dormir? Podrá sonar podridamente cursi dicho así en pleno 2017, pero… ¿se han puesto a pensar que hay generaciones que hoy día suplen eso con… Buzzfeed y Cultura Colectiva? Parece que no, pero un meme / ilustración fea al día puede suplir eso sin problema para algunas personas.
Cuando este blog vivía, mi momento favorito era el recuento anual. Los mejores de lo mejor del mejor algo. Aún ignoro el verdadero poder de contarle a una sarta de desconocidos qué fue lo mejor que viste en un año. Si una cosa sé, habiendo estudiado en una escuela de arte donde prácticamente el 50% de tu formación es tu educación sentimental, es que es imposible influir en nadie compartiéndole algo a menos que lo esté buscando. No importa cuánto le trates de meter un libro o un disco a alguien, por más increíble que sea, si no se tropieza con él por sí mism@ no va a pasar nada. El año pasado, por ejemplo, leí algunos de los mejores comics que he leído jamás (gracias, sirako), pero si hubieran caído en mis manos un par de años antes, no los hubiera leído así mi vida dependiera de eso, porque en mi educación anterior los cómics eran sólo de superhéroes y te provocaban una lobotomía instantánea (gracias, mario). Pero, de alguna forma, ese ímpetu de compartir alguna tontería declarada logra tener suficiente fuerza como para aguantar los filtros que van desde la idea mala hasta escribirla en un blog y publicarlo.
Como ahora mismo.
En una fiesta al norte de la ciudad en el año 2005, un cuate me hizo la mejor pregunta que me hayan hecho en la vida (saludos, raúl). Mientras él le daba vuelta a un bisteck y yo comía un brownie de Costco (era una de esas fiestas donde básicamente vas a que te engorden Y GRATIS), me soltó, sin avisar: “¿Oye, Bob, cuales son tus cinco bandas favoritas?”
Era una pregunta tan bonita que si hubiera podido, hubiera llorado.
Creo que respondí:
5.-Entre Ríos
4.-¿Frank Zappa? / ¿Morphine?
3.-Plastilina Mosh
2.-Sonic Youth
1.-Nirvana
Imaginen si al menos una vez al año nos cuestionaran sobre nuestros tops personales, nuestros 'lo mejor que viste en un rato'. Puede que no sirva de absolutamente nada, es más, bien podríamos preguntárnoslo a nosotros mismos, incluso en voz alta, y más o menos serviría igual, pero imaginen lo bello del gesto de querer acceder a alguien por medio de cosas así (que no es lo mismo que la complicada situación de conocer la casa de alguien e inspeccionar su librero).
Creo que si existe una moneda de cambio que difícilmente se devalúa y por la cual aún hoy, en tiempos de memes y lores, podemos intercambiar algo en internet, son estos gustos, o mejor dicho, estos recuentos anuales personales.
¿Han visto cuando se pone de moda en Facebook poner tus, digamos, diez discos favoritos, o diez películas favoritas, y debes etiquetar a otros 10 para que hagan lo mismo? ¿Han visto la TOTAL Y APABULLANTE PENA con que muchos acceden a tomar parte de la dinámica? (me incluyo). Algo pasó entre 2010 y hoy en redes sociales que, de repente, pareciera más natural compartir noticias que lo que estás escuchando.
Es decir, seamos francos, ¿a quién le interesa un recuento anual global? ¿Quién podría ser tan mezquino como para importarle lo que pasa en el mundo en el renglón más básico y abarcador posible, el de lo general? ¿A quién le importa si se murió Bowie? Se murió por igual tanto para ti como para un oficinista en Sri Lanka, un desempleado hindú o un niño rico en Basel. Si ya no podemos ser tan ilusos y soñadores como para hacer banderas con ideas tan cursis como que las microhistorias nos salvarán, por lo menos podemos compartirnos las 5 mejores películas que viste en Netflix.
En Netflix, ugh…
En fin.
Baudelaire decía (creo) que a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre le faltaba un artículo: el derecho a cambiar de opinión. Si después de darle PUBLICAR a este post cambio de opinión y no lo vuelvo a hacer hasta 2019, o si ahora mismo estoy cambiando de opinión respecto al último intento de post (que borré) en este blog que alguna vez me entretuvo tanto, creo que no hay que hacer tanto escándalo.
Sirva este post, pues, para enlistar mis favoritos de todo lo que vi, oí y leí en 2016 sin mayor intención de nada.
TOP 5 DE PELÍCULAS QUE VI EN 2016
W's Tragedy / Shinichirou Sawai
Es la historia de una incipiente actriz de teatro que consigue un papel principal en una obra importante y, poco a poco, su vida comienza a asemejarse a la trama de la obra que interpreta. Es una película de los 80's, pero tiene una cierta elegancia visual muy refinada, algo así como eso que sentías cuando ibas a una Muestra de la Cineteca y empezando una película sabías que iba a estar buenísima
4
Moving / Shinji Somai
Ohikkoshi, o 'Moving' es la historia de una niña sobreviviendo al divorcio de sus padres, lo que en cine japonés equivale a una larguísima metáfora sobre crecer y madurar. Visualmente es bellísima y, por supuesto, representa un abanico gigantesco de motivos visuales tradicionales de Japón en sus momentos de mayor intensidad. A la fecha no puedo ver la escena de esta foto sin estar a punto de soltar la lágrima
3
Soy de esas personas que, entre menos ocurra en una película, más probable es que quiera verla. Y con emoción. En las Muestras y Foros de la Cineteca, si aparecía una película francesa que sonaba a… nada, allí iba a estar en primera fila.
Maboroshi es la cumbre de las películas donde la acción jamás ocurre. Es de las más bellas que haya visto.
Lo más bello de Maboroshi es que, a diferencia de muchas películas de este tipo, ni siquiera su final pretende justificar la carencia de acción. A lo mucho, afirma como quid de la historia algo en lo que el espectador ni siquiera había reparado mucho porque parecía dado por hecho.
Lo más bello de Maboroshi es que, a diferencia de muchas películas de este tipo, ni siquiera su final pretende justificar la carencia de acción. A lo mucho, afirma como quid de la historia algo en lo que el espectador ni siquiera había reparado mucho porque parecía dado por hecho.
2
Cuando vi Utsushimi, casi desde los primeros minutos, sentí lo mismo que cuando vi No Other Possibility de Negativland, es decir, la idea de que, lo que sea que fuera aquello en pantalla, era incendiario y te arrastraba a querer intentarlo.
Grosso modo, Utsushimi (que significa algo así como cuerpo físico) es un amasijo compuesto por 3 documentales sobre un diseñador de modas japonés, un maestro de butoh y Nobuyoshi Araki y una historia de amor entre una estudiante y un cocinero. En esta historia en particular, pareciera que Sono se propuso hacer cada escena más desconcertante y libre que la anterior. Para el final de la película, pareciera que todo va a explotar.
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Blue es preciosa, es una de las películas más increíbles que he visto en años.
Sí, es otra larga metáfora japonesa sobre crecer, madurar y lo que implica aprender a lidiar con una pérdida, pero es increíblemente bella e increíble también
TOP 3 DE COMICS QUE LEÍ EN 2016
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Blue / Kiriko Nananan
Al igual que la película, Blue, el comic, es increíblemente bello, casi minimalista, de una lentitud increíble, lleno de espacios en blanco.
Es hermoso, sólo léanlo y ya.
Es hermoso, sólo léanlo y ya.
2
El año pasado leí un montón de comics gringos y entre ellos, como es más o menos la columna vertebral de la cultura gringa, muchos de ellos eran abiertamente tontos.
No obstante, como me enseñó el Saturday Night Live de principios de los 90's, aun siendo tontas, estas historias pueden ser entretenidas.
Nichijou es declaradamente tonto también, pero, a diferencia de tantísimos comics tontos gringos, Nichijou es, estructuralmente, increíblemente complejo e inteligente. Nunca había leído un humor como el de Nichijou.
A manera de sinopsis, Nichijou (cuyo título creo que significa algo así como 'día normal') son las aventuras de un grupo de jóvenes y varios adultos alrededor de una preparatoria en donde las cosas más abiertamente idiotas ocurren o, por el contrario, donde el enfoque gráfico/narrativo a las cosas más insignificantes se vuelve ridículamente detallado.
Algo bello de Nichijou es que Arawii no temió tratar de emular aspectos más bien cinemáticos como repeticiones absurdas o momentos muy prolongados de silencio que preceden a la catástrofe o a un punchline, donde todo eso debió recrearlo con muchos dibujos (al igual que Nananan en Blue, pero en su caso, para fines más emotivos que cómicos). Cuando apareció la versión en anime de Nichijou, sorpresivamente, todos esos momentos más 'temporales' fueron traducidos con una maestría gigantesca.
Por ejemplo, esta es la versión del manga de un momento particularmente cinemático:
Y aquí su versión animada, magistralmente ejecutada:
Nichijou no tiene personajes entrañables ni emotivos. De hecho, conforme pasan los capítulos, los pocos personajes que parecían no tener participación en las idioteces habituales, uno a uno termina teniéndola y liquidando su categoría de "personaje cuya raison d'etré no es un gag escandaloso"
A manera de sinopsis, Nichijou (cuyo título creo que significa algo así como 'día normal') son las aventuras de un grupo de jóvenes y varios adultos alrededor de una preparatoria en donde las cosas más abiertamente idiotas ocurren o, por el contrario, donde el enfoque gráfico/narrativo a las cosas más insignificantes se vuelve ridículamente detallado.
Algo bello de Nichijou es que Arawii no temió tratar de emular aspectos más bien cinemáticos como repeticiones absurdas o momentos muy prolongados de silencio que preceden a la catástrofe o a un punchline, donde todo eso debió recrearlo con muchos dibujos (al igual que Nananan en Blue, pero en su caso, para fines más emotivos que cómicos). Cuando apareció la versión en anime de Nichijou, sorpresivamente, todos esos momentos más 'temporales' fueron traducidos con una maestría gigantesca.
Por ejemplo, esta es la versión del manga de un momento particularmente cinemático:
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El comic anterior de la autora, Azumanga Daioh!, por ejemplo, es también muy divertido, probablemente más 'de risa loca' que Yotsuba! (recuerdo haber mucho reído más), pero la sensación que deja este es años luz superior.
Mientras leía Yotsuba! me pasó lo que pasa cuando ves una película. Es un cliché gigantesco, probablemente Blogger tenga un algoritmo que bloquee automáticamente esto, pero, básicamente, es un comic tan perfecto que cuando lo lees olvidas por completo lo que sea que tengas alrededor y quedas completamente abrazado por su escenario: el de un pequeño e increíblemente apacible pueblo japonés donde un hombre algo introvertido pero cariñoso trata de educar por su cuenta a su hija, una niña de 5 años que no sabe qué es un timbre o un columpio.
Contrario a lo que pudiera aparecer por la descripción, Yotsuba! jamás cede a lo absolutamente enternecedor de muchos de sus momentos (que de verdad son muchísimos), y los noventa y tantos capítulos que van están llenos de momentos de verdadera risa loca por igual.
Contrario a lo que pudiera aparecer por la descripción, Yotsuba! jamás cede a lo absolutamente enternecedor de muchos de sus momentos (que de verdad son muchísimos), y los noventa y tantos capítulos que van están llenos de momentos de verdadera risa loca por igual.
TOP 4 DE LIBROS QUE LEÍ EN 2016
4
Everett True / Nirvana
A diferencia de las otras dos biografías famosas de Nirvana, la de True no trata de retratar a Kurt como un potencial suicida desde su niñez (Heavier than Heaven de Charles Cross) e incluye quizás más detalles del periodo de fama de Nirvana (Come as you are de Michael Azerrad). No obstante, el verdadero plus de la versión de True, de unas 700 páginas, es que entrevistó a cuanto ser humano existente pudo, mientras haya estado relacionado con Nirvana en primer, segundo o hasta tercer grado. True pasa más de la mitad del libro tratando de reconstruir la escena independiente de Olympia de mediados de los ochenta a inicios de los noventa (donde Nirvana se forjó, no en Seattle), además de rematar varias secciones con algunas ideas más o menos desarrolladas sobre la industria del rock.
Por ejemplo, esto:
O esto
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Después de La Posibilidad de una Isla pensé que Houellebecq se había apagado un poco, y tras El mapa y el territorio pensé que no es que se estuviera apagando, sino que estaba 'reposándose'. O algo así. Con esto en mente, empecé a Leer Sumisión con cierto recelo, pero resultó, quizás, el mejor libro de Houellebecq desde, digamos, Plataforma.
Según yo, Sumisión es una mezcla de los primeros dos libros de Houellebecq, Ampliación del Campo de Batalla y Lovecraft, contra el mundo, contra la vida. El libro retrata las ideas de un profesor de literatura (el máximo especialista en la obra de JK Huysmans, autor de una tesis de 700 páginas) ante la llegada de un gobierno musulmán en Francia.
2
Anna Dezeuze / Thomas Hirschhorn, Deleuze Monument
Esta serie de libros, como dice en la portada, se enfoca en una sola obra de arte, el Monumento a Deleuze, una instalación de Thomas Hirschhorn dedicada a la vida y obra de Deleuze, emplazada en una zona fea de Francia y que tuvo que ser desmontada antes de tiempo por desatenciones, robos y cosas por el estilo de lo que le pasa a una obra de arte dejada a su suerte. En este libro, que me regalaron a principios de año (gracias, greñas), además de hablar de todas las peripecias que implicó llevar a cabo el Deleuze Monument, habla a fondo sobre las implicaciones de proyectos de ese tamaño, la responsabilidad del artista en el fracaso de sus proyectos y la verdadera dimensión artística (no resultadista) y moral de proyectos sociales.
Este libro lo traduje este año, pero aún no empiezo la revisión. Para quienes sí hayan pasado inglés en la secundaria, léanlo aquí.
1
En la breve historia de Tops anuales en este blog, creo que nunca había puesto un libro de Arte como No.1. Lo que distingue a este catálogo (perfectamente traducido al español) es que explica la obra de Fischli & Weiss como si se tratara de una historia perfectamente relatada y conectada entre capítulos. Empieza con su educación previa en la Suiza punk de los setentas y termina en sus últimas piezas hasta la muerte de Weiss en 2012. Además de incluir obras inéditas, instalaciones permanentes poco conocidas o piezas no usadas, además de muchas fotos de producción, el libro cuenta las series de Fischli & Weiss desmenuzadas en sus materiales, experiencias o ideas, y con eso como eslabón, pasa a la siguiente serie. Es el libro más completo sobre la obra de F&W, así que si están buscando un libro de ellos y sólo uno, es este.
MEJOR PROGRAMA DE TV QUE VI EN 2016
Sound! Euphonium
Como, en realidad, no veo TV más que cuando hay futbol, y no tengo ni aguanto Netflix, mi único equivalente a la tele es el anime.
Los animes que he visto siempre, siempre, siempre me han aparecido en el radar mediante algún gif que veo perdido por ahí. Con Euphonium pasaba que el diseño de sus personajes era tan preciosista y detallado que siempre que veía alguno, pensaba ¿cual será este?, ¿y este?, ¡el dibujo de este está brutal!, y todos terminaban siendo de Euphonium.
Grosso modo, Sound! Euphonium retrata la vida de alumnos de preparatoria en una banda sinfónica con una protagonista cuya principal característica es estar siempre en el fuego cruzado de las múltiples relaciones encendidas, apagadas y ocultas entre sus miembros. Esto, aderezado con el diseño de personajes (e instrumentos y su respectiva ejecución) über detallado que mencioné, escenarios grotescos de lo preciosos que son y una animación s o b e r b i a, además de varias composiciones increíblemente potentes, hace que los 26 capítulos que dura pasen como si de una telenovela se tratara.
Entre los muchos tuiter's y facebook's d'anime ( :P ) que sigo desde hace un par de años, muchos hablan de una especie de 'nueva era dorada de la animación japonesa'. De pocas cosas sé algo, y de anime, menos, y todavía muchísimo menos como para hablar de ello con cierta sapiencia, pero después de ver Euphonium me queda claro que esta idea no está para nada fuera de lugar.
Entre estas páginas recuerdo que analizaban la cantidad de animadores que tenían todos los animes de la temporada (más o menos como un millón o algo así). Hay un anime sobre patinadores gay del que hasta Takashi Murakami postea elogios en su FB y que muchos eligieron como anime del año. No hay nadie que no hable maravillas de él… sí, del anime de patinadores gay. En este análisis, aquel era el anime con mayor número de animadores por capítulo, algo así como 70… Euphonium estaba en último lugar, con sólo 10. Posiblemente esto nos regrese a la vieja y también clichosa conversación sobre la libertad artística y cómo con un equipo más reducido, menos presionado por ciertos estándares, puedes crear más a tus anchas, ser más perfeccionista, más artesanal. Y sí, probablemente es también el caso de Euphonium.
Por momentos, Euphonium es tan… perfecto, que pareciera demasiado. Sus personajes son demasiado sublimes, su animación demasiado fluida y natural, sus escenas perfectamente balanceadas, sus conflictos se mantienen en la medida justa entre 'me provoca un profundo interés' y '¡no veía venir eso!' (en mi caso, muchas veces terminé maldiciendo un episodio, pensando, '¡Malnacidos!, ¿Cómo se atrevieron a dejar el final de este capítulo así?'). Lo más importante: sus momentos de drama son absurdamente críticos. Es m u y difícil dejar de verlo después de 4 o 5 capítulos.
Una escena cumbre, donde creo que se deja en claro hacia dónde apunta una producción como esta y cuánto está dispuesta a hacer por ello, es la interpretación de una pieza en un concurso. A lo largo de la serie, el grupo ensaya esta pieza, y en una fase previa de la competencia, durante su ejecución incompleta, se transmiten varias partes intercaladas como reacciones de otros estudiantes tras bambalinas y la acción de otras escuelas que se preparan para competir. En esta escena, que supone una competencia muy importante, decidieron animar toda la pieza. Es decir, más de 7 minutos de ejecución musical continua, con varios personajes, instrumentos y efectos de luz, totalmente animado.
Pónganle en HD, se te pone la piel chinita
(Nivel de spoiler: cero si nunca has visto la serie, muy alto si ya)
(Nivel de spoiler: cero si nunca has visto la serie, muy alto si ya)
TOP 10 DE DISCOS QUE OÍ EN 2016
10
Las partes del Louange a l'eternite de Jesus y Louange a l'immortalité de Jésus son las mejores versiones que he encontrado
9
El disco es precioso, es lo más cercano al sensacional primer disco de Sam Prekop (ese está en mi Top 2014)
8
No me gusta la grabación del disco, creo que es algo mediocre, así como el ethos conformista de Steve Albini, pero es un discazo. Si pudiera incluir aquí la tripleta POD | Safari | Last Splash en vez de sólo un disco, me iría más por esa
7
6
Mi tercer encuentro con la etapa shibuya kei de capsule. Es s e n s a c i o n a l
5
Capsule / Phony Phonics
Mi segundo encuentro con la etapa shibuya kei de capsule. Es aun más sensacional
Mi segundo encuentro con la etapa shibuya kei de capsule. Es aun más sensacional
4
Nunca había escuchado la versión 'completa' (con diálogos y grabaciones) del Slave to the Rhythm. Es imposible escucharlo y no enamorarse del desenfado de Jones, su amor por ser lo que en su momento era, por divertirse siéndolo, su voz de machín y su bajista
3
Perfume / Cosmic Explorer
Aunque echando mano de un obvio, amplio y muy elemental guiño al pop más occidental y seguro, Cosmic Explorer es un disco bello y efectivo. Al principio es tan contundente que por momentos pareciera dar la impresión que, incluso, fuera mejor que el brutal LEVEL3, pero luego se te pasa. Es un muy buen disco de 9 o 10.
2
Sí, es el soundtrack de Blue. Pasé la mitad de la película pensando quién habría compuesto la música, y cuando descubrí que era Yoshihide (el primer músico japonés al que escuché jamás y por quien conocí a Jim O'Rourke), casi lloro.
(Para esta pieza, Yoshihide decidió incluir en su orquesta a personas que, aunque no fueran músicos, tuvieran alguna conexión con la película, entre ellas, la autora del manga, el director, el productor, la actriz principal o el editor. El resultado es una especie de ruido/caos precioso)
1
Mi primer encuentro con la etapa shibuya kei de capsule. Escuché este disco, según mi iTunes, más de cien veces en un par de meses.
MEJOR EXPOSICIÓN QUE VI EN 2016
3
Tacita Dean / Museo Tamayo
No soy un gran fan de los dibujos de Dean, ¡pero qué hermosas son sus películas! Entre Portraits, Manhattan's Mouse Museum, Human Treasure y Michael Hamburger apenas suman 1:15 hrs… 75 minutos de nada o casi nada.
Si son millonarios y tienen cuenta en Banamex, busquen mi reseña de la expo en la revista que les llega en febrero.
2
Ya había visto la mitad de esta expo en 2007 en Tamayo y ha sido una de mis exposiciones favoritas de toda la vida. En esta, además de la parte de The Atlas Group, la segunda, de su obra más reciente, es muy bella en cómo apela a la imaginación y fe del espectador, más fantasiosa pero también más aparentemente 'en serio' (como esmerarse en pensar que un objeto no tiene sombra, o que un artista del futuro le habla telepáticamente al autor).
También vi buena parte de esta expo antes, en 2005 en Tamayo, quizás en aquella ocasión la museografía ayudaba más que ahora, en un museo más grande, no obstante, esta vez, además de varias piezas que nunca habían estado aquí, había UNA SALA ENTERA sólo de plötzlich diese übersicht
Otros grandes algo del 2016
MEJOR PARTIDO DE 2016
La pregunta ofende
EL MOMENTO MÁS TRISTE DE 2016
Pero hay un Dios
MEJOR VIDEO DE YOUTUBE ENCONTRADO EN 2016
Este video es una absoluta joya.
Explicación: son sketches con canciones en inglés con subtítulos en japonés que corresponden sólo a lo que suenan las canciones, no a lo que están diciendo. Así, la canción puede decir, digamos "You don't know my name!" y los fonemas japoneses 'ju udon wo ma nee' son palabras que significan alguna cosa en japonés que no tiene nada que ver con la canción, pero sí con el video.
EL ASUNTO PENDIENTE QUE POR FIN SE RESOLVIÓ EN 2016
Este año terminé por fin de traducir Arte Conceptual al español, proyecto que empecé como por 2007, terminé en 2011 y hasta ahorita terminé de editar en MUCHOS momentos de ocio. Aunque lo revisé 3 o 4 veces seguidas, debe tener un montón de erratas aún, pero prometo una nueva revisión este año.
El libro es maravilloso si no saben nada de arte desde Duchamp para acá, quieren aprender y, sobre todo, no tienen prejuicios al respecto. Es prácticamente un libro de texto, y debería serlo, por eso me aventé a traducirlo.
EL MEJOR MOMENTO DE 2016
Este año pude entrevistar a uno de los artistas que más admiro y de cuyo trabajo más he aprendido. Meses después, me informaron en el museo que se había comunicado post-expo para decir, expresamente, que le había parecido una de las mejores entrevistas que había tenido. Conforme creces, tus posibilidades de tener momentos groupie como aquel son escasos, por eso, a la fecha me acuerdo cuando me dijeron y todavía me pongo así:
EL FAMOSO MUERTO EN 2016 QUE SÍ VAMOS A EXTRAÑAR
Cuando se murió Bowie pasó algo rarísimo. Seguramente hay una palabra en alemán que define esa impresión extraña que da ver cuando, de repente, todo el mundo llora a un famoso del que uno nunca pensó que fuera tan importante. Es decir, todos sabemos que cuando se muere alguien, FB y tuiter se vuelven competencias nacionales para ver quién lo quería más, y de repente resulta que hasta tu ex-compañero de la prepa, ese que cuando le preguntabas qué le gustaba y decía que nada, decía ser super fan de… digamos… Guadalupe Loaeza o algo así.
O sea, a mí también me gusta Bowie, pero sólo sus discos 'nuevos' (el Earthling, por ejemplo, me parece monstruoso de lo bueno que es). Los viejitos donde cantaba como señora siempre me sonaron passé de fábrica. Varias veces intenté hacerme fan de Bowie escuchando Little China Girl o Let's Dance, pero de plano no pude.
Un par de días después le tocó a Lalo Tex. Yo pasé algunos años tratando de cachar algún concierto de Tex-Tex, y jamás pude. Cuando se murió, pensé: 'ya nunca voy a escuchar La Plática en vivo'. Pero cuando se murió Margarito sí pensé que se había ido alguien que sí hacía feliz a mucha gente. Es decir, veías una foto de Margarito, sus videos, cuando cantaba, y si no te daba risa, por lo menos te daba ánimos. Como tantos, yo también lo vi en persona, un día de 2000 en la línea azul del metro. Por ahí circula un video en Youtube de su entierro y tocan Puño de tierra. Se te rompe el alma, no quisimos a margarito lo suficiente.
Este post está dedicado 'a la memoria' de los perfiles de blogger de todos aquellos que alguna vez leyeron este blog inmundo (bufon a la deriva, queque, no tengo brazos/mrndln, poala, joseph stam, corriendodespacio, pat/trish/?, sirako, sabandija, anónimo et al, donde quiera que estén)
Nos vemos en 2021
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