26 ago 2010

Abuelo Taimado II: El Regreso

(este es un post medio mala onda pero sensato, y medio largo, as usual)






¿Les he contado de un programa de radio que escucho religiosamente? Ni siquiera les diré el nombre, pasa los miércoles a las 11 en Reactor, y es el peor programa jamás producido en la historia de la radio en este país y probablemente en este continente (salvo, posiblemente, Cuba). Mezcla el peor orgullo por el gusto musical 'alternativo' (mucho death, trash y grind metal alternado con rap madafaca en español de 'problemática social'), discusión de temas de interés común con invitados especialistas en su campo (o sea, burócratas y mini-caciques culturales), mucho pero mucho aire de superioridad moral, lenguaje del tipo 'nos tendremos confianza a la fuerza' (con muchas groserías y chistes locales), responden a las agresiones de los que envían mensajes (que tienen que enviar SMS's a los celulares de los locutores) con réplicas como de niño de primaria e incluso tienen una sección de opinión-editorial-poética narrada por un sujeto al borde del analfabetismo (no es broma, al tipo le cuesta horrores leer). Está conducido por un anciano melancólico al límite del tipo 'tío borracho' que cree que la única música que vale la pena es la de los sesenta y por una gorda metalera a la que todos los escuchas le envían piropos y que en el inciso de 'Religión' de su Facebook (no la he agregado, creo firmemente en el cinismo al manipular la Ley Miranda, pero no el Facebook) declara : "Sólo creo en mí". Dirán ¿oye, Bob, pero si no te gusta, por qué lo escuchas, Man? Digamos que es el equivalente de los programas horribles de TV que suelo ver, aunque éste está más cerca de Pare de Sufrir que de Se Vale -nadie se le acerca a Se Vale. Es tan malo, pero en serio, tan malo que una vez escribí un mail a Reactor (que afortunadamente nunca mandé) para que lo retiraran porque programas como ese confirmaban mi famoso dictum de 'Tenemos lo que merecemos', pero luego pensé que eventualmente algo interesante podría ocurrir, el tipo de cosas con las que artistas como Mike Kelley trabajan que podrían servirme en algún momento. El caso de las últimas muchas líneas es que el tema de uno de los programas fue 'Tips para las chavas para que no se dejen de los abusadores en el trasporte y en la calle'. Mike Kelley es increíble, cuando leo sus textos encuentro cosas y cosas por las que ya he pasado o que tengo en mente en mi trabajo, en uno de ellos habla de cómo le gusta el estilo de oratoria de los motivadores profesionales y preachers de cultos y similares por el crescendo que utilizan: primero hablan de cosas tangibles, como que no hay dinero para comer, y poco a poco pasan a temas más generales, como el desempleo, la ignorancia que la provoca, el estado del mundo actual y el demonio entre nosotros y así. Mientras escuchaba el programa de radio, pasaba exactamente así (sin ser un preacher, sino una psicóloga la invitada especialista), iniciaba con que las mujeres en el metro debían perder el miedo a gritar y a hacer explícito que alguien les estaba haciendo algo con lo que no se sentían cómodas, que debían caminar en zonas iluminadas y a lado de alguien para que parezca que van acompañadas, luego pasó a temas más fuertes, como que jalaran la palanca en el metro si algo pasaba porque obligatoriamente un policía debía estar esperando en la siguiente estación (la psicóloga explicó que una vez encontró a un amigo suyo tomado por los polis, la razón: él y su novia estaban discutiendo y ella tuvo a bien gritar que él la estaba violentando y jaló la palanca. La psicóloga lo usaba como ejemplo de que los polis tenían el derecho de joder hasta a tu novio para tu protección cuando ya no sepas qué haces), que se bajaran del camión si se les quedaban viendo feo, que debían quitar la actitud de perro Chihuahua asustado que hace que el agresor sienta que son presa fácil, que podían cargar algo en su bolso que las hiciera sentir más seguras. Fue ahí donde pasó a lo más fuerte: primero, es legal cargar con spray pimienta, pueden usar el paraguas o los tacones, entonces hizo la finta de meter quinta: "Lo que si yo no recomiendo porque está penado por la ley es llevar pistola". El mismo conductor tuvo que bajar el tono: "No, claro". Entonces, se neutralizó un rato y volvió a seguir. Dijo que las mujeres suelen ser vistas como indefensas, pero que no es cierto, es la sociedad la que hace que tengamos esa percepción, que es por eso que cuando vemos a tres mujeres caminando por la calle solemos decir que están solas, "Y no necesitamos de ir con un hombre para ir acompañadas". Hasta donde yo sé, los campeones de apachurrar latas de cerveza con la cabeza o voltear coches con las manos son todos hombres. Como sea, luego pasó al meollo: empezó a explicar lo que se podía hacer cuando sientes la posible agresión en el transporte, primero, si sientes una mano, quitarla, dar codazos, luego, empezó a ponerse seria: "si sientes la mano, toma un dedo, un dedo nada más, y rómpelo, tuércelo y rómpeselo". Entonces, la idea de los huesos rotos la excitó: "golpéalo en los genitales, con, ay, bueno, cómo decirlo, bueno, con un huevo que le agarres lo vas a mantener a distancia, ahora que si le puedes dar un patín, con un patín en los genitales lo dejas fuera, tú puedes hasta picarle los ojos si quieres, tú puedes meterle los dedos en los ojos". Entonces entendí todo el meollo de un programa orientado a la defensa femenil: dentro de lo que cabe, como sociedad que somos, es imperativo no agredir a las mujeres (en ninguna circunstancia) o puedes producir un resentimiento a los hombres tan grande pero tan grande que terminas inhabilitando toda la vida de la chica en cuestión: manipulación de su pareja, sobre-interés en cursos de defensa personal (luego salió que la psicóloga daba uno y que invitaba a quien quisiera aprender, los da en la San Rafael), manejo de las emociones, valoración de la vagina en la sociedad actual, performance de género y derechos civiles de la mujer. Un punto interesante, casi neutro, fue cuando un radioescucha preguntó: ¿los vagones en el metro y Metrobús destinados sólo a la mujer, no son una discriminación contra los hombres? La psicóloga respondió que sí, pero que era una política de discriminación positiva, es decir, que ante la reconocida incapacidad del gobierno para detener los ataques, debe hacerlo. Hizo a un lado el tema tan rápido como pudo y empezó a hablar de cómo someter a un hombre en la calle. Una de las cosas que más me asusta de estos tiempos es la separación entre sexos. Hablo en serio, ninguna sociedad ha mostrado tanto interés en la sorna con la que un sexo niega al otro. Dirán que es mero humor, chistes de la tele, pero esas cosas son indicadores, no obstante. Ya no sé qué escribir. Yo las amo a todas ustedes, y les consta. Oigan, por dentro, de corazón, yo soy una chica, una linda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No, Roberto, ¿cómo que eres una chica linda? ¿qué no ves que a las mujeres les gusta (los hombres allá del otro lado de la trinchera, las mujeres de este lado, que es una guerra, que somos enemigos, claro) los chicos malos, patanes, borrachos y golpeadores y así? Digo, yo sólo leo las encuestas y miro alrededor. Y cuando en la calle alguien acude en su ayuda si su novio o esposo las agrede, ellas terminan defendiéndolo y perdonándolo.

Patricia dijo...

mira bob, que tengo aqui

Bob dijo...

Sabandija, creo que este es el comentario más ambiguo de los que te he leído. En este blog, eso es bueno.

Sofía, ¿me estás presumiendo tu cámara o me estás insultando con lenguaje corporal?