16 may 2010

no me caen bien los laptopistas, salvo lo que usan laptops de 1999 con archivos .wav totalmente lo-fi, como yo, que soy laptopista ;)



Estoy leyendo a Houellebecq de nuevo, la versión traducida del francés al inglés de H.P. Lovecraft, against the world, against life. Es increíble, más de golpe que Ampliación del Campo de Batalla, con más rabia. Houellebecq decía que las lecturas que más nos marcan son las de nuestra niñez, pero él leía todo Lovecraft a los 7 años, y acá yo veía caricaturas, y en mis 13-16 me la pasaba viendo Rocko y las series del Sony Entertainment (Married with Children y Saturday Night Live y el Show de Bill Cosby). Eso es importante, pero en la escuela no te lo dicen porque no se le da la seriedad necesaria a algo que, por principio de cuentas, no entra con la severidad de lo que entra por la escuela. Y entonces, uno lo tiene que redescubrir en la edad adulta, y hay de dos: un longing eterno si estamos hablando de un poeta, o una insensibilidad e indiferencia total si se trata de oficinistas y cronopios. Oficinistas y Poetas, una clasificación que funciona. Céline dice que cuando se tiene imaginación, morir es cosa seria, pero si no se tiene, no es de importancia. Nos damos cuenta de la importancia del mundo que nos rodea cuando éramos niños, y entonces, cuando somos padres nos preocupamos por su educación, y metemos a nuestros hijos a escuelas activas, los instamos a que le hablen de tú a todo el mundo (soy de clase media e hijo único, sin medios en el cual aprender de negociación, le hablaba de usted a todo el mundo menos mis amigos y mi mamá), los dejamos decir groserías en la mesa, y entonces se repite el ciclo: "¿Supiste del hijo de Bob?, noqueó a una anciana en una conferencia porque hacía preguntas estúpidas. Le dio con un libro de Proust". Pensaba sobre que nos faltó educación sentimental, o nos falta reconocerla en su justo derecho. Si esta se basó en ver los Muppet Babies y las Tortugas Ninja, deberíamos recibir más programas en el que aprendamos a no reverenciar todo con tal fuerza. Platicaba con Elso: navegaba por la página de Pare de Sufir y, ya escrito, todo lo que decía sonaba de risa loca, así de ir bajando el scroll y no poder contener una sonrisa. Es culpa de la retórica, la retórica destruye y crea naciones. Y justo en eso pensaba hoy: en una película de Cantinflas, una en la que tiene poderes psíquicos, hipnotiza y lleva a un grupo de ladrones de cuello blanco a confesar sus crímenes ante la policía; cuando le preguntan cómo lo logró, yo cruzaba los dedos por que dijera algo como "Soy motivador profesional, podría hacer que un sujeto en coma llorara". Es chistoso cómo los motivadores mueven montañas de una manera tan extraña, casi sobrenatural. ¿En qué creen, cómo escuchan las personas que son motivadas por los motivadores? Le decía, a Elso, que tal vez todo radica en la violencia, que la fe debe ser una versión violentizada de la empatía. Quizá la diferencia entre un religioso por tradición y un creyente de sectas nuevo debe ser la violencia con la que cree estar entrando al mundo: un católico de domingo es como un alumno de cuadro de honor, que siente orgullo por hacer lo que debe hacer, mientras que un sectario ha de ser como un chico que se sienta hasta el frente y participa todo el tiempo. Primero entras esperando encontrar algo más o menos reconfortante, tienes cierta disposición a creer, y de repente, plop, todo es gritos y 'marvelousing' (amo esa palabra, quiero una línea de ropa con ese nombre') y brazos al aire y más gritos. Suena a sketch de Saturday Night Live o a película de Harmony Korine: "Mi papá es Pastor de una iglesia de Pare de Sufrir", con una escena de desayuno con brazos que golpean la mesa y tazones de cereal a los que se les desborda la leche. No estoy abogando por el cinismo (con el tiempo, como toda manifestación del humor, el cinismo te rompe el corazón, no dejas de hablar haciendo bromas y se te olvida cómo abrazar a las personas), pero sí deberíamos ser menos severos.

pd.1 una vez metí un texto en un como concurso de escritores y una chica dijo que le recordaba a Proust, es uno de mis trofeos literarios
pd2. han visto el sketch de Monty Python de Proust Summarizing Contest? yo no, ha de ser la onda


(este post fue posible en partes a elso y senor, a quienes saludo y digo: adelante)



Pese al tono de este post, estoy muy de buenas, tengo un disco en vivo de Wilco, una camiseta que envidiarán todos los laptopistas del mundo y un ánimo por ir a comprar dulces y cosas. Es tu culpa.


Pronto: conocerán mi nuevo blog totalmente arty y les pediré un favor vía internet.









Los amo

2 comentarios:

Magrathea. dijo...

Bob yo también te amo, aunque no se si tanto como tu a todos nosotros. Bueno, tu amor me inspiro a inscribirme al próximo examen para la UNAM. Estudiare lo que me acuerde y espero pasar. Lo que suceda te aviso y te sonrio como el perrito.

Anónimo dijo...

En una novela de Fresán, el narrador explica cómo las mascotas cumplen una función ilustrativa con los niños: Los adultos las compran para enseñar a sus hijos el concepto de la muerte, pues es con el perro con quien primero la experimentan los mocosos, si tienen suerte. Eso, o el excesivo asunto de la granja y los perros y gatos que habitan ese inexistente lugar. Esto, pues, para decir que yo creo que quizá no es que no hayamos tenido una educación sentimental, sino que tuvimos exceso. Basta recordar Los años maravillosos y las idiotas aventuras de Kevin Arnold para entender mi dificultad para relacionarme con el género opuesto.

No he visto los anuncios de Viana, amigo Bob, pero ahora mismo los busco, porque se oye de maravilla.

Espero impaciente nuevo blog y más impaciente aún el hecho de, quizá, ser de utilidad con ese favor que tanto anda usted pregonando.

Abrazo.

Sea.