2 oct 2009

folk trash

Me parecía haber llegado al momento, a la edad tal vez, en que sabes perfectamente lo que pierdes cada hora que pasa. Pero aún no has adquirido la sabiduría necesaria para pararte en seco en el camino del tiempo, pero es que, si te detuvieras, no sabrías qué hacer tampoco, sin esa locura por avanzar que te embarga y que admiras durante la juventud. Ya te sientes menos orgulloso, de tu juventud, aún no te atreves a reconocerlo en público, que acaso no sea eso, tu juventud, el entusiasmo por envejecer.

Céline, Viaje al fin de la noche

Censuro por igual a quienes toman el partido de alabar al hombre, y a los que toman el de censurarle, y a los que toman el de divertirse, y no puedo aprobar sino a quienes buscan entre gemidos.

Pascal, Pensamientos

La forma novelesca no está concebida para retratar la indiferencia, ni la nada; habría que inventar una articulación más anodina, más concisa, más taciturna.

Michel Houellebecq, Ampliación del Campo de Batalla



La semana pasada, alguien me dijo por el Messenger que quería que escribiera (olvidé las palabras exactas) algo así como un post largo y depresivo (saludos, a ruy, que siempre me dice que son demasiado largos y depresivos). Es algo que se hace aquí, pero cualquiera con una membresía más o menos antigua en esta url alejada de la mano de Dios sabrá que, de un tiempo a la fecha, el post ‘depresivo con citas y comentarios incendiarios (tan incendiarios como alguien que lanza bombas molotov desde su ventana y se esconde) ha cedido el paso a posts menos depresivos, pero de igual mala onda y un poco más deliberadamente lerdos. Alguna vez, otra amiga conocida por estos medios solía reprocharme cuando no posteaba (eran los tiempos en que escribía tres veces a la semana y tú me leías más seguido). Si era el caso, le decía que no salía de casa y no estaba particularmente triste o contento, y que con eso bastaba para no tener gran cosa que postear. Esto es y era cierto (la televisión es el tema número uno ahora). La última señal me vino el sábado, la camiseta de un amigo, con un dibujo de una máquina de escribir Underwood, tenía una leyenda en la hoja que decía algo así como que sin el dolor, un poeta no tiene nada qué escribir, que era como si le quitaran su máquina Underwood. Como última referencia, acabo de leer, después de casi dos años de escrito, un post del que hasta la fecha es uno de los peores días de mi vida si no es que el peor o por lo menos el más angustiante. Lo posteé, una cosa así. No entra en la esfera de vida directamente, porque no tiene nombres propios y casi todo es indeterminado. Es triste como pocas cosas, me acordé de todo, creo que me sofocó un poco. Después de todo esto, se me ocurre que es cierto, que tiene mucho tiempo desde que posteé algo así. Si mis primeros posts eran abiertamente ‘chico migraña’, los de hoy son deliberadamente ‘wayne’s world’. Todo este párrafo que ya tuviste que leer es para, con un poco de vergüenza del tipo ‘asno al que le es imperativo decir algo’, ir al punto de todo esto: creo que es cierto, no puedes escribir nada moderadamente relevante si no estás mínimamente incómodo (y lo estoy diciendo de la manera más amablemente amplia). Estoy seguro que Ángeles Mastreta, en su casa de tres kilómetros cuadrados en la colonia San Miguel Chapultepec, ha de tener momentos de incomodidad y profunda reflexión cuando su profesor de yoga le enseña una pose nueva o cuando no puede destapar una botella de vino, pero, por otro lado, cuando lees a Céline estás seguro que escribió todo lo que escribió apretando los dientes. No puedes estar cerca de la humanidad si no la desprecias aunque sea un poco. Alguien que dedica toda su vida a salvar árboles o a alimentar perros ajenos puede ser capaz de un profundo amor por lo que protege, y este mundo sería mejor si más personas pudieran desarrollarlo, pero no está ni siquiera cerca de una ‘carrera admirable’. Para muestra un ejemplo: la semana pasada, en Se Vale, en su maravillosa sección ‘Pasarela Canina’ (para quienes no sepan, chicas que quieren ser modelos amateur desfilan con un reto adicional: tener que controlar a un perro mientras lo hacen), una de las estrellas desempleadas que invitan a hacer de jurado, antes de dar su opinión o calificación, disparó, sin reparar en el concepto ‘tiempo en televisión’, “¿El perro es tuyo?”. Podía imaginarme a la vaca gorda pensando en cruzar perros mientras la pobre ingenua que quería ser modelo esperaba a que le dijera qué calificación le dio. Esa fue sólo la primera de varias: “¿Es un Collie, verdad?” A otra chica le felicitó porque intentó interactuar con el perro ‘en vez de nada más traerlo corriendo’. Creo que la culpa de mi malcogida apreciación eran las modelos amateurs, que constituían realmente el espectáculo: pobres niñas de 16 años, de no más de 1.60, sin la menor actitud, esperando en traje de baño en un set de televisión, con un perro a lado, a que una comediante de 1.80, dos actores desempleados y una ganadora de un certamen de belleza internacional le calificaran para ir por el premio. Mientras estas pobres procuraban no prender las altas o caerse o sonreír demasiado, esta vaca estaba pensando en cruzar su animal con ese perro que tenía enfrente, el primero que ha visto en su vida, en el momento más importante de la vida de esta futura ama de casa menor de edad. Somos seres humanos, se supone que uno de nuestros preceptos base es protegernos y ayudarnos entre nosotros ¿Correr con los lobos? Suena a que te diviertes mientras tu esposa y tu hijo de dos años se las arreglan en su departamento rentado. ¿Amarrarse a un árbol seis días? Qué genial que te puedas desentender del mundo tan fácilmente mientras alguien en algún lugar escribe 19 horas al día y siente que tiene el mundo sobre sus hombros. Schopenhauer decía que cada uno de nosotros está obligado a desempeñar su papel hasta el fin de los días y Camus decía que a cierta edad todos somos responsables de nuestra propia cara (he citado esa de Camus cientos de veces). ¿Cubículo estudiantil, espacio de resistencia en donde el pueblo se organiza, autogestión colectiva con unas buenas chelas y un toque, compañero? Mi culo. Hace un año tomé un curso de Situacionismo en el que el coordinador nos mostraba, en un video, una manifestación en Inglaterra. Miles de personas, 90% jóvenes, se organizaban y marchaban por cuatro distintas rutas y se encontraban en una plaza en donde hacían un plantón, lo que equivalía a decir que era una gran fiesta con música, zancos y demás parafernalia. El curso había estado bien, sin embargo, hubo un momento en el que supe que todo esto había sido nada más en broma. El coordinador hizo un comentario sobre lo que veíamos: “Dicen que divertirse es estar de acuerdo, pero, la verdad, sin la parte de la fiesta, sin el aspecto lúdico, no sé, no entiendo cómo pueda funcionar”. No podía concebir una demostración política pública sin la parte en la que todos se iban por unas chelas al final del día. La primera vez que leí, así, páginas al azar, a Pascal, me quedé asombrado. Era la primer persona que leía que reivindicaba al que no se divertía, que negaba los placeres y se reconocía miserable. La cita de arriba fue el primer párrafo con el que me topé por casualidad y fue un golpe brutal, recuerdo que me quedé un rato sonriendo frente al libro en la biblioteca. Houellebecq, en La Posibilidad de una Isla, dice que lo mejor de Pascal era que cuando lo leías podías saber que había conocido los placeres, que era un tipo que los había vivido. Leyéndolo, he llegado incluso a pensar que si el castigo cediera espacio para la culpa, el cristianismo no se nos presentaría como la cosa aburrida y difícil que enfrentamos de niños y adolescentes. Wilde decía que una sociedad se embrutece más con la repetición de los castigos que con la ejecución de los crímenes, y la idea de pecado con la que nos topamos en plena niñez no es una de culpa, precisamente, sino algo más cercano a rendir cuentas, lo que no está demasiado lejos de la idea de respeto que denuncia Pascal: temed. ¿Cómo puede desarrollarse algo tan grande como la culpa cuando buena parte de la formación que recibimos se basa en una lógica de si-entonces? Cuando basas tus pasos hacia objetivos absolutos prácticamente no hay ningún proceso ni desarrollo, sólo una estructura frágil. ¿Recuerdan Pare de Sufrir? Si la IURD es la secta más rica del mundo, se me ocurre, ha de ser porque hay dos palabras que nunca pronuncian: pecado e infierno. La vida eterna las interesa un pito, las faltas cometidas son irrelevantes si tu vida va mejor ahora. Todo esto es mucho más complicado, claro. Es muy fácil hablar de ‘expandir tu mente, abrirte a nuevos horizontes’, pero es mucho más difícil (y no estamos hablando en términos de mejor o peor) hablar de bloquear, cerrar, permanecer quieto, podar, delimitar. Pareciera que mereciéramos todo por omisión. Lo mejor de Pascal, para mí, es que pareciera que estás viendo a una mosca volar alrededor de la luz: muy poco a poco comienzas a sentir empatía por ella, y aunque al principio te incomoda un poco estar del lado de los perdedores, tiene que pasar un tiempo para darte cuenta que tienes tiempo haciendo exactamente lo mismo, y que la luz sobre la que has girado tanto tiempo te ciega tanto que cuando ves otra te parece distante y ajena. Entonces ves, dejas de dar vueltas. Una vez, una persona a quien quería mucho me dijo por msn, respecto a un post ‘largo y depresivo’ que había escrito, sin decir hola siquiera: “a ver si ya dejas de escribir sandeces”. Fue lo peor que me ha pasado en internet. Cuando la persona alrededor de la cual giras el 90% del tiempo te dice algo así por msn es como si te enviaran una caja llena de cartas rechazadas por el destinatario. El tono ‘largo y depresivo’ de los posts de los que hablaba estaba escrito con ese telón de fondo, cuando giraba alrededor con muchas fuerzas. Cuando me dijeron que volviera a escribir uno similar y empecé a pensar en lo que implicaba hacerlo me di cuenta que era muy difícil y poco retributivo escribir sobre nada en particular. Es como contar hasta infinito en un micrófono que sabes que no está conectado: sólo tú te puedes escuchar, y tienes que aguantarlo. Creo que ahora el tono de los posts es un poco así. No es que sea más fácil. Nadie dice no en un blog. Muchos dicen ‘no quiero’, pero nadie dice no en un blog. Pese a hablar de plataformas quasi literarias (¿alguien recuerda todo lo que se decía hace algunos años cuando empezó a popularizarse el formato blog?), el formato de un blog es algo mucho más parecido a una manta o una pancarta en blanco que a un libro. Así las cosas, por un tiempo seguiremos hablando de futbol, programas matutinos de variedad y las noticias que pasan en la tele. Los quiero a todos.


Aprovecho para saludar a G.B, que quería un post largo y depresivo, a Elso por aquella conversación sobre el drone que tuvimos, y a la persona que me dijo que dejara de escribir sandeces, si es que lee esta.


5 comentarios:

Magrathea. dijo...

Aplausos por millares aunque el micrófono también esté desconectado.

Esa parte de las moscas, sublime, jamás hubiera podido describirlo de ese modo.

Qué bueno que haces caso a las recomendaciones de los "post largos y depresivos."

Me acordé del día que fuí por el sobre blanco con letras de máquina de escribir.

Repitámoslo pronto.

Magrathea. dijo...

¡Bob!
¿Qué pasó?
Te mandé un mail con mi boleto de cinco días sin nora escaneado y nada, que me lo regresa.

¿se murió tu mail o qué?

Estoy asustada.

Anónimo dijo...

Me gustó lo de la incomodidad, al menos a mí me parece más razonable que el tópico del dolor. Por otro lado, no creo en las diversiones que no parten también de la incomodidad: cuando se convierten en una necesidad más que en un pasatiempo. Saludos, amigo Bob, por aquí seguimos.

O.M.A.R. dijo...

Mmm yo no creo que esté en la naturaleza humana eso de ayudarse, al menos ya no, y menos entre los mexicanos que de alguna forma se creyeron al pie la dichosa Ley de Herodes y prefieren hacer lo posible porque sea otro el que se chingue.

Y sobre tu post anterior: la película es buena comparada con qué chavo? Tú casi nunca vas al cine.

No entendí eso de que nadie dice no.

Abrilita la transgénica dijo...

Y sigo, después de aquellos años de prepa dando y dando vueltas alrededor del foco... ¿cuál es/será mi luz distante?
Amo tu forma de escribir y la forma en que la melancolía se va apoderando de mi en cada párrafo.
Si esas son sandeces... escribelas más seguido.
Un fuerte abrazo.
P.D. Nunca es demasiado, cuando a citas de Camus se refiere.