28 abr 2009

tus mails sobre que la epidemia es un arma del gobierno son peores que las presentaciones en powerpoint de fotos chuscas que mandas a veces


*Amo como los números siempre hablan de los actos humanos; con la epidemia, la renta de películas en dvd ha aumentado en un 17%, los porcentajes de infectados, perecidos, tratamientos y detectados se mueven de una noche a otra, y aunque la población se comporta como hamsters atemorizados, la verdad es que en momentos en que más claro ese factor tan engorroso como es la vulnerabilidad del ser humano, en momentos en los que palabras como humanidad y piedad ya ni siquiera se discuten sino que se dan por hechos, en momentos en que más frágiles parecemos (y a veces, hasta unidos), no rebasamos el estatus de cifra y creo que eso es lo triste. Proust cuenta que su abuela solía verse profundamente afectada ante la desgracia ajena siempre que no tuviera rostro, siempre que se mantuviera sin nombre, pero una vez que las contrariedades tenían un rostro, caían en el territorio de lo vulgar y le merecían cierto desprecio. Creo que para el nivel masivo del caso, un nombre y rostro específicos producirían el mismo asco, y esto es precisamente lo triste, que somos cifras. Creo que es la primera vez que el no-contacto se me hace tan increíblemente triste. Lo bonito de cuando se termine todo esto, es que la gente va a regresar a la calle a comportarse como lastres con piernas, pero el asco que produzcan ya no será teórico, será pesado y físico, simple. Y que se vayan los tapabocas, por favor, me dan un miedo terrible.




*Lamento usar la epidemia, pero no se me ocurre qué escribir, aquí las ventanas de youtube están prohibidas

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero ojalá que las medidas de limpieza y organización en el metro perduren...

si es que existen

Rodrigo dijo...

Antes eras chévere, pero te dio influenza. Chale.

O.M.A.R. dijo...

Sólo puedo decir que la plaga me proporciona una gran excusa para perderme lo de estacionarte, ni modo.

Mario Vela dijo...

es interesante como lo abordas, siempre es tan rebuscado el hecho de no entender como las cosas pasan, pero esta vez no nos preguntamos como sucedio.

En mi caso me pregunto simeplemnte porque no me da miedo, porque esto no "funciona" como deberia funcionar.Algunas veces pienso que mi "valemadrismo" pasa de lo normal para comenzar a ser algo que no puedo controlar, y no trato de decir que quiero tener miedo, simeplemente me dan ganas de entender porque sucede esto.

saludos señor bob!