20 ago 2008

SIENTES QUE TIENES MÁS RECUERDOS QUE LA ENERGÍA QUE POSEES PARA PROCESAR ESOS RECUERDOS

(el título del post es de Shampoo Planet, de Coupland)



El lunes comenzaron las clases para niños de primaria y secundaria. Como una lección de vida que la escuela nunca me dio (mi madre siempre reprende mis palabrotas y malos modales preguntándome si no me educaron en la escuela), de repente, despertándome a las 11 am porque mi reloj biológico anda mal y me duermo a las 4, resulta que compró un pez. Sí, un ser vivo, un pez beta azul. Descansa a lado de la televisión, pero eso no evita que sea poco notorio y/o espectacular. El asunto, y con asunto sigo hablando del pez, me deprime sobremanera. Le dije que por qué compró un pez, un animal metido en un vaso de agua, que es muy triste, y ella dice que es pez de pecera, que de eso son. No sé si la escuela hizo su mejor papel o mi mamá apostó más de la cuenta.

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Mi táctica es inocularme los males de los que me quejo: me cagan los tenis Converse pero quiero unos blancos para dibujarles cosas ridículas, me cagan los ipods pero quiero uno (regalado) para escuchar a Sonic Youth en la calle. Odio Facebook, todo el mundo está ahí. Comparado con el vacilador hi5, facebook hasta se ve como un trato de negocios. Tus amigos que no quieren abrir un hi5 seguro tienen un facebook, además hay mucha banda seria, empresarial (por eso Zélika García y Galia Katz tienen un facebook, y por eso no son mis amigas, y por eso, supongo, me gustan), lo único bueno es que no hay perfiles tapizados con 75 MB de widgets y videos empotrados de youtube e imágenes con glitter virtual. Pero ahora, gracias a recomendación y el ejemplo de la Plaquetsss ahora soy fans de facebook. Soy fan de la aplicación de regalos chairos, de los regalos comunistas, de los regalos de la tiendita de la esquina, de los regalos de Monty Pitón, del librero virtual que dice qué estás leyendo, qué quieres leer y qué has leído, soy fans de los grupos hiper cerrados y todo eso como el de la gente que no redondea en el súper. Agréguenme en facebook y les regalo una cajita sonricslandia. Ah, y desde hoy soy fans de esta página, qué digo página, paginón, para los que ya se cansaron de las chicas de diario de fiestas, que sólo causan dolor.

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El mejor momento olímpico ya ocurrió. Michael Phelps será (es, de hecho) Dios, pero el momento que marcará al 2008, el momento que hizo que muchos se llevaran la mano a la boca para evitar un hondo y sonoro Oh fue cuando el ídolo chino de los 110 metros con vallas, Liu Xiang, se retiró de las competencias sin participar por una lesión. Momentos como estos son deporte, no masa muscular. La compasión y la empatía son cosas necesarias, tristemente necesarias, pero cuando son globales, cuando una enorme parte del planeta vuelca sus preocupaciones sobre un solo ser humano, esas cosas en verdad me impactan, pero cuando esto cae en un deportista, en verdad siento que puedo ver el mundo en pleno cambio.

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Se me ocurre esto, y es medio estúpido:
Una idea seguramente muy antigua pero que conocí por primera vez leyendo Generation X de Coupland es la de conocer el cuerpo. Cuando habla del dueño de un bar donde trabaja el protagonista y de su esposa, gente en sus cincuenta o sesenta años, que van de viaje en verano y cuya vida pasa en cámara lenta y en sepia, dice que ‘descubrieron su cuerpo demasiado tarde’. Hoy, mientras como y veo el reporte de la actividad olímpica del día, me doy cuenta que a manera de cápsulas de la ‘cultura foránea’, han pasado reportajes de un montón de sujetos con un control de su cuerpo impresionante, sea para fines ridículos o no. Hace unos días pasaron un tipo que se posaba un taladro en el cuello (justo a la altura de la traquea) o la sien, se rompía maderas sobre él, moldeaba tiras de metal con golpes en la cabeza, se ahorcaba con una barra de acero con el puro movimiento del cuello, lograba (y esto era sorprendente) lanzar un clavo con la mano a través de un vidrio de manera que la punta lograra atravesarlo y rompiera un globo del otro lado, el agujero era perfecto. Hoy pasaron un tipo que puede arrojar agua por los ojos que bebe por la nariz. Mientras los reporteros mexicanos pelean por hacerse notar en las calles de Beijing, a base de saltos, gritos en español, rolling gags y así, los chinos pasan tranquilos. También son la nación con menos crimen y delincuencia. Recordémoslo, a esta gente, la ley le prohíbe mostrarse afecto en público, y casi siempre, al menos en la parte del mundo a la que tengo acceso (los reportajes de un minuto o dos), aparecen hablando lento, casi inexpresivamente, lentos. También convendría señalar, a fin de ser más convincentes (¿convencer de qué?), que los chinos han obtenido una cantidad avasallante de medallas. ¿Puede enseñarse el cuerpo, a descubrirlo, puede el cuerpo ser parte de la educación? Debería, ¿no?

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La fiebre inmobiliaria destruye esta ciudad, la fiebre inmobiliaria me destruye a mí, y me cago en la fiebre inmobiliaria, de verdad que lo hago. Odio los cambios, mi horóscopo dice que habré de sufrir de eso de por vida, también lo dicen las condiciones más burdas y elementales: mudanza; es de las últimas cosas que le desearía a nadie, que cambiara su casa. Fadanelli dice que hasta los perros tienen derecho a un sitio donde esconderse, o creo que eran las cucarachas, no, los ratones, eran los ratones. En verdad me es mucho muy difícil, soy la persona más brutalmente territorial que existe, no soporto intromisiones. Nunca abro la puerta. La frase "que te cambien los muebles", en mi caso, aplica por las dos acepciones. La última persona que vino y me movió muebles no los ha dejado como estaban. O los dejó justo como estaban, que creo es un poco más desesperante. Necesito un trabajo, y lo preciso ya. Entre otras cosas.

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Uno de mis grandes proyectos a futuro es conseguir un automóvil, alguien que lo conduzca e ir a la caza de mi progenitor, donde quiera que esté. Sería una especie de road movie como tantas que he visto. El impedimento, desde hace ya varios lustros, es la imposibilidad de la localización. Fuera de eso, la idea de una travesía sin destino no me emociona, salvo que el destino sea el dinero que se requiere para perderse como en las peliculas, que no hay. Debe ser raro, que tu pasado te persiga y dé contigo. Debe ser igual de triste perseguirlo, a tu pasado, no contar con él. Tampoco heredé libros, y llevo una torre de pendientes. Una torre de pendientes, una torre de dados que alínea un chino con un vaso, una torre de lastres que tienes que cargar contigo a todos lados, una torre de cosas.

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Y ahora, un momento olímpico:

(guapota...)

En mi frenesí de ira contra los atletas cuyas vidas se resuelven en segundos y luego viven de sus rentas, no me había fijado en Paola Espinosa, ganadora del bronce en clavados sincronizados por México, con veintidos años recién cumplidos. Una vez vi en la tele un reportaje sobre su vida (esos resúmenes de calvarios humanos que son una mezcla de espíritu deportivo, carencias, ingenio, vocaciones y negligencia familiar, todo acompañado por música triste), y según recuerdo, esta chica es o era hiperactiva, no se estaba quieta y el deporte resultó ser la solución para sus padres. Ella confiesa: "Si pudiera salir, utilizaría las noches para ir al cine o para platicar con mis amigos, bailo algo pero no soy reventada, así que no iría mucho a las discotecas". Si alguien la conoce, presente. Mientras escribo esto, pasan la enésima repetición de la medalla de oro obtenida en taek-won-do en la madrugada, justo ahora le pasan un teléfono celular al ganador, "es el presidente de la república", le dicen. Uffa, una oportunidad de oro para la vacilada a nivel nacional, pero el atleta está demasiado emocionado y contento como para ponerse cáustico. Los deportistas no han de ser comediantes en potencia, supongo que Paola Espinosa no aguantaría mucho mis bromas. No sería la primera vez que me pasa. ¿En serio no la conoce alguien del auditorio? Vamos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Jojo, ¿vamos a atropellar al
progenitor? si, vamos, yo bien metiche en tus planes. Me acordé de cuando te dije que si veías al mío, lo atraparas.

Dame una e! una n! etc etc etc.

Hoy fuí a Gandhi y vi The Polaroid Book y me acordé de ti.

El primer trabajo que tuve, de compañero tenía un pez así, azul, y me ponía a platicar con él, a veces hasta me posaba para la foto. ¿Donde habrán quedado?

Y perdón, pero no, no conozco a Paola.

Chilangelina dijo...

Y eso que no has visto los Regalos Chilangos del Facebook:

http://apps.facebook.com/regalos-chila-bbafcd/

Luis Frost dijo...

las de diario de fiestas me deprimen. sólo con verlas me siento rechazado.
sniff.

Octopus Queque dijo...

Señor fue a gandhi hoy! Yo tmb fui! Ah, la vida, coincidencias en potencia de ser posibles.
Osh, estoy que me caigo de sueño, mañana ya pongo lo que tengo que comentar, es que yosiempre me explayo en sus postos Monsier Bob! Casi casi hago un post aquí. Mientras llega mi comentario, le dejo un besote tronadísimo.

Unknown dijo...

orale con la paola...

O.M.A.R. dijo...

Si, es guapa, y no, no la conozco.

¿Fans? ¿Que no el singular de esa palabra es "fan"?

Adrii Sweety dijo...

No, no conozco a Paola, pero creeme que me muero por toparmela un dia en la calle, es guapisima.