20 jun 2008

algún momento entre 1983 y 1995

Jonathan Monk / The little things make all the difference, 2004
***
jugando futbol con un bote de frutsi en 1994

andando en bicicleta en el parque desesperadamente rápido para no tener que saludar a un adulto

lanzando todos tus juguetes y objetos por la ventana por el gusto de hacerlo

frente a la portería contraria en tu primer partido ‘oficial’, con el balón en tus pies, fallando

soplando por un agujero en la pared mientras alguien mira del otro lado

el momento justo a punto de golpearte en la boca con el borde de la mesa

escuchando pulsar fm en el radio todo el día y toda la noche

el momento en el que garcía aspe vuela el penalty ante Bulgaria en Estados Unidos 94

tú sintiéndote intelectualmente superior a un adulto por primera vez

logrando deslizarte de pecho una distancia considerable en el piso mojado mientras llueve

roberto baggio fallando el penalty en la final brasil-italia en el mundial estados unidos 94

encontrándote dinero en el suelo y pensando en lo que harás con él

esperando mientras tu mamá regatea el precio un videojuego

la primera vez que descubriste que podías engañar a aquellos menos listos que tú y la primera vez que viste que ya no podías

adivinando el lugar justo donde caería la pelota y sus consecuentes intentos (fallidos) de volver a adivinar

el momento en que lograste dominar la pelota en tres movimientos y despejaste por no saber qué hacer con ella

bailando sin vergüenza en tu fiesta de graduación, sudando, saliendo temprano de ella

la primera vez que te sentiste en franca ventaja sobre alguien y la pena que esto trajo

comiendo pizza a media noche mientras ves la repetición de la final brasil-italia del mundial estados unidos 94 y admirando la actuación de franco baresi

faltando a la escuela justo el día en que organizan un campeonato relámpago de futbol

viendo por la ventana cómo tu primo rompe tu bicicleta en dos

la primera vez que quisiste que tu vida fuera como una película

tú caminando a casa, deseando llegar pronto

machucándote los dedos con la puerta del coche, sin sentir el menor dolor

regresando a casa tarde, satisfecho
***
Este post se me ocurrió tras ver, acompañado (y esto es importantísimo), una pieza de Jonathan Monk cuyo título no recuerdo, pero todavía está expuesta en el muca campus, véanla.
Y vean mi contribución a Arjonismos, el blog sensación; y saludos a pat, al menos por aquí que aún se puede. Los amo a todos, lo saben.

8 comentarios:

sirako dijo...

creo que mi infancia tiene como menos emoción porque no me gustaba el fucho.

chales.

Anónimo dijo...

Hay muchas cosas de esa lista que no he hecho.
Se me esta quitando la depresion.

Octopus Queque dijo...

"la primera vez que descubriste que podías engañar a aquellos menos listos que tú y la primera vez que viste que ya no podías"

Ufa, dios. Been there, done that.
Qué bonito posto, corro, vuelo y me acelero a los arjonismos jajaja.

Saluditos Bob, besote tronadísimo :3

C. De La O dijo...

Recuerdo la rabía infinita del no poder ser, del tener que esperar para eso.

La primera -que recuerdo- vez que tuvé razón sobre alguien superior, una maestra confundia sobre la torre Eiffel y la torre de comunicaciones de Tokyo.

Y nada más.

Jo dijo...

en esa lista... no hay mas que decir .. qu esi todo eso lo hiciera me gritarian goooooooooool

Mario Vela dijo...

no comparto tu emoción por el deporte que todo méxico idolatra, pero si por las demas cosas.


saludos!

Anónimo dijo...

Buena entrada bob, Se me olvidaba su afición por el futbol jojojo. Ya hacia un buen rato que no entraba por aca -he andado confundido, medio perdido y alejado del mundo- con decirle que ni la euro ví -y vaya que me emocionaba la simple idea de verla- en fin:
Vi que le gustan los White Ninja Comics (emoticon de pulgares hacia arriba) y no puedo evitar recomendarle "The Perry Bible Fellowship" http://www.pbfcomics.com/
nadamás apachurrele donde dice Random o en los titulos del centro, se va a divertir

Poala dijo...

Ja, yo hago lo de no saludar adultos, pero sin bicicleta.
Y baile sin vergüenza, sin vergüenza baile.

Saludos influenciables de can-can-cún