30 mar 2008

Mon Cher Lecteur

Coincido, el anterior post no me dejó del todo satisfecho. Más bien nada. Suele pasar. Se supone que escribir posts es una manera de que pase el tiempo mejor o indoloramente. No funcionó, realmente. No creo que vaya a funcionar. Desde el viernes he tenido muchas ganas de escribir pero no se me ocurre qué. Algo muy simple pero igual muy molesto. Yo no soy escritor, de hecho en mi carrera la gente rara vez escribe. Pero es una especie de pulsión, una simple necesidad. Por lo menos puedo conservar esa. Como sea, este post es aburrido y largo, así que nada ha cambiado. Tenía ganas de hacerlo, no podrá acusárseme siendo este el caso, hay cosas que no se le pueden negar a nadie.

***

Si no escribo lo que he visto sufriría igual; y quizás un poco más. Un poco solamente, insisto en esto. La escritura no alivia apenas. Describe, delimita. Introduce una sombra de coherencia, una idea de realismo. Uno sigue chapoteando en una niebla sangrienta, pero hay algunos puntos de referencia. El caos se queda a unos pocos metros. Pobre éxito, en realidad.

Michel Houellebecq, Ampliación del Campo de Batalla, 1994


Vivir sin leer es peligroso. Obliga a conformarse con la vida, y uno puede sentir la tentación de correr riesgos.

Michel Houellebecq, Plataforma, 2001


Queremos buscar en las cosas, que por eso nos son preciosas, el reflejo que sobre ellas lanza nuestra alma, y es grande nuestra decepción al ver que en la naturaleza no tienen aquel encanto que en nuestro pensamiento les prestaba la proximidad de ciertas ideas; y muchas veces convertimos todas las fuerzas del alma en destreza y en esplendor, destinados a accionar sobre unos seres que sentimos perfectamente que están fuera de nosotros y no alcanzaremos nunca.

Marcel Proust, Por el Camino de Swann, 1913


En el fondo, sabía que esa era toda la experiencia real con la que contaba: las interminables relecturas de algunos libros, el recuerdo de algunos momentos de frenesí y espontaneidad, las razones que intuía factibles para que ciertas cosas de las que no estaba seguro, sucedieran. Vivía en un sitio casi teórico, en donde no era requerido que hiciera fuerzas ni que apretara los dientes, aunque él los apretaba cuando pensaba en todo lo que tenía alrededor. Cada palabra resonaba en su cabeza con igual pesadumbre que la anterior. Los requisitos y los beneficios, para él, se encontraban en el mismo campo expandido, lo que le ocupaba la mayor parte del tiempo. Por otro lado, no tenía gran intención de salir de allí. Respondía al teléfono de inmediato, las palabras se le entrecortaban, despachaba la llamada lo más rápido que podía, repasaba sus expresiones durante los próximos minutos, le llamaba la atención que en su momento no reparara mucho en ellas, que todo hubiera pasado tan rápido. Se avergonzaba con frecuencia, tanto por su dicción insegura como por su recuerdo obsesivo. No pasaba nada.

Wyatt Byrnamm, Iddle / Petits Autels, 1983


-¿Usté –preguntó- doquetor felosofía?
-En efecto –respondió Edwin-. Doctor en filosofía.
Divid Him –dijo el hombre-. Berrrrkeley. Immanuel Kunt.
En realidad no era sorprendente ese desfile de nombres en semejante persona. Edwin sabía que los criminales franceses citaban a Racine o Baudelaire en el momento de cortar la garganta a sus víctimas, y que los delincuentes italianos conocían por lo menos a Benedeto Croce. Sólo los ingleses se abstenían de ver a la experiencia humana como una totalidad.

Anthony Burgess, El doctor está enfermo, 1975


Intento traducir claves del afuera y el afuera no me responde, o no le entiendo, más bien. Es doloroso, nunca deja de ser doloroso, salvo contadas excepciones: hay momentos, no lo niego, en los que la empatía ocurre, en que hay cierto tipo de comunicación, de reciprocidad sumamente placentera. ¿Por qué somos tan difícilmente torpes? Existen niveles muy básicos y otros demasiado complicados; cuando alguien responde con deficiencia a los primeros y se especializa en los segundos aparece la antipatía y el recelo. No es una victoria, como suele creerse, sino un mínimo punto desde el cual se puede ver lo que está alrededor. Es un grito desesperado, tal vez. ¿Cómo ocurre que, de un momento a otro, uno se empeña en complejizar las señales y sus posibles respuestas, en relativizar todo y mirar, temeroso, qué todo se ha vuelto insoportable? En algún momento algo se hizo mal, definitivamente. Soy de la idea de que un paso en dirección equivocada es suficiente para llevar a resultados completamente indeseados e irreversibles. Siempre se quiere regresar en el tiempo.
Tal vez todo se cayó de repente.

Didier Thierbout, Northern south, prudent shore, 1991


No sé en qué sitio pueden buscarse los límites de mi caída. ¿Por qué no soy presa de una felicidad repentina que me empuje a cantar una canción de moda? Sería tan sencillo encender la radio. Miles de canciones se están tarareando en este momento en todo el planeta. Un arrullo planetario recorre Tanzania, los vícolos venecianos, los caminos empedrados de Sinaloa: ¿Por qué no cerrar los ojos, entregarse, cantar?

Guillermo Fadanelli, Malacara, 2007


Elevada a sistema, la diversión se monta sobre una impaciencia esencial, presupone una alienación y una pérdida de memoria; desingulariza y recluta, estrangula el deseo, lo serializa y lo desahucia…La sociedad de la diversión total estropea para siempre la promesa de los antiguos libertinos, cancela el deseo de revolución y obtura la percepción del infinito dolor que se extiende en todas direcciones…El tedio restituye la duda respecto al sentido de las cosas, desvanece la creencia en el éxito y sobre todo ese insoportable optimismo propio de la distracción y la ceguera que ello produce…El aburrimiento voluntario mantendría vivo el gusto por la experiencia que el tropel de los divertidos anula…

Diego Tatián, Elogio del aburrimiento, Revista La Tempestad, 2003


En este punto uno siente la tentación de dejar a un lado la pluma y sonreír compasivamente y sin comprender. Un día primaveral inglés induce al corazón a un mayor amor hacia la naturaleza y hacia los demás seres humanos. En especial el corazón se llena de él en presencia de la mujer amada, y se pregunta por qué no amará ella también. El amor parece inevitable, necesario, un proceso tan natural y tan sencillo como la respiración, pero por desgracia…

Anthony Burgess, El Derecho a una respuesta, 1988


En sí, el deseo, al contrario que el placer, es fuente de sufrimiento, odio e infelicidad. La solución de los utopistas, de Platón a Huxley pasando por Fourier, consiste en extinguir el deseo y el sufrimiento que provoca preconizando su inmediata satisfacción. En el extremo opuesto, la sociedad erótico-publicitaria en la que vivimos se empeña en organizar el deseo, en aumentar el deseo en proporciones inauditas, mientras mantiene la satisfacción en el ámbito de lo privado. Para que la sociedad funcione, para que continúe la competencia, el deseo tiene que crecer, extenderse y devorar la vida de los hombres.

Michel Houellebecq, Las partículas elementales, 1998


Cada uno de nosotros se tiene a priori por libre en su conducta y piensa que en cada momento podría empezar otro nuevo género de vida o lo que es lo mismo, a ser otro de lo que es. Solamente a posteriori, por la experiencia, echa de ver con asombro que no es libre, sino que está sometido a la necesidad y que, a pesar de todos sus propósitos y reflexiones, no cambia, y desde el principio de su vida hasta la muerte es esclavo de su carácter y, por decirlo así, tiene que desempeñar hasta el fin su papel.

Arthur Schopenhauer, El mundo como voluntad y como representación


To the sick the doctors wisely recommend a change of air and scenery. Thank Heaven, here is not all the world.

Henry David Thoreau, Walden, 1854


Mejor pasar temerariamente a ese otro mundo, en plena gloria de alguna pasión, que decaer y ajarse funestamente con la edad.

James Joyce, Los Muertos, 1914


Cuanto más infame es su vida, más la valora el hombre; y entonces es una protesta, una venganza de todos los instantes.

Honoré de Balzac


Pero ¿puede decirse que nuestros sufrimientos merecen la pena? Sin duda. (Pausa) No, todo es ab… (Bostezo)…soluto, (Orgulloso) cuanto más crecemos más satisfechos estamos. (Pausa. Melancólico.) Y más vacíos. (Refunfuña) ¡Clov! (Pausa) No, estoy solo. (Pausa.)

Samuel Beckett, Fin de Partida, 1957


Y sin embargo resistes, aprietas los dientes, puedes notarlo desde que comienzas a hacerlo. Antes te sorprendía ver, mucho tiempo después, que contuvieras tu respiración y forzaras la mandíbula con tanta angustia. Ahora ya no quedan muchos actos reflejos en ti, puedes controlar todas y cada una de tus caídas. Eres tu propio observador, y a pesar de todo, prefieres no inmiscuirte contigo mismo. Miras todo con aire de espectador, se te hace ajeno lo que ves, quisieras estar escrutando a alguien más, pero con todo sigues siendo tu único acompañante. Asistes, con una frialdad impecable, a tu propia autopsia. Envidias tanto esa mirada de serenidad que hay en ella. Te irritas, te obstinas en creer que está posando, pero en el fondo te empecinas aún más en suponerla natural, desintencionada. Estás confundido. No sabes dónde empieza tu “experiencia de vida” y dónde tus reflexiones. Sabes –o quieres creer- que son lo mismo. La espontaneidad, el momento justo, la oportunidad te está vetada. Te mueve más la prisa y la desesperación que la decisión. Has comenzado a correr hace mucho y no te has dado cuenta, te atormentas pensando que tienes que decidirte a hacerlo. Eso no pudiste controlarlo. Lo notas y lo piensas un momento todavía. Quisieras echarte a llorar pero no puedes. No podrías aunque de eso dependiera tu vida, en el fondo no te lo permites. Has olvidado cómo. Sabes, no obstante, que has sentido alivio, que puedes distinguir eso. Pero ahora se ve tan lejos y tan difícil. En estos momentos evades a los demás, a pesar de estar sufriendo has dejado de considerar la opción de la compañía, piensas todo el tiempo, en cierto modo no es algo demasiado desagradable, por momentos disfrutas tu soledad, pero luego te encuentras con que estás solo contigo mismo y todo se viene a tus pies, bajas la mirada y dejas la cabeza encorvada. Hace mucho tiempo que lo haces. Desde este punto alto (o al menos tiemblas por el vértigo que crees sentir) tratas de reconsiderar las cosas, hay un cierto punto de quietud, algunos puntos se hacen claros. Sientes, de súbito, que es posible comenzar algo, que podrías entregarte a la tarea de replantearlo todo. Estás cansado. Sigues corriendo. Has corrido por años.

Wyatt Byrnamm, Un citoyen, la main gauche, 1986


…il n’y a pas d’hommes. Quelque chose paraît possible, ici. On a l’impression d’être à un point de départ.
Et soudain tout disparaît. Une grande claque mentale me ramène au plus profond de moi-même. Et je m’examine, et j’ironise, mais en même en même temps je me respecte. Combien je me sens capable, jusqu’au bout, d’imposantes représentations mentales ! Comme elle est nette, encore, l’image que je me fais du monde ! La richesse de ce qui va mourir en moi est absolument prodigieuse ; je n’ai pas a rougir de moi-même ; j’aurai essayé.
…Tout ce qui aurait pu être source de participation, de plaisir, d’innocente harmonie sensorielle, est devenu source de souffrance et de malheur. En même temps je ressens, avec une impressionnante violence, la possibilité de la joie. Depuis des années je marche aux côtes d’un fantôme que me ressemble, et qui vit dans un paradis théorique, en relation étroite avec le monde. J’ai longtemps cru qu’il m’appartenait de le rejoindre. C’est fini.
…Le paysage est de plus en plus doux, amical, joyeux ; j’en ai mal à la peau. Je suis au centre du gouffre. Je ressens ma peau comme un frontière et le monde extérieur comme un écrasement. L’impression de séparation est totale ; je suis désormais prisonnier en moi-même. Elle n’aura pas lieu, la fusion sublime ; le but de la vie est manqué. Il est deux heures de l’après-midi.

Michel Houellebecq, Extension du domaine de la lutte, 1994


Toda esa gente. ¿Qué hace? ¿Qué piensa? Todos vamos a morir, todos nosotros ¡menudo circo! Debería bastar con eso para que nos amáramos unos a otros, pero no es así. Nos aterrorizan y aplastan las trivialidades, nos devora la nada.

Charles Bukowski, El Capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco, 1998


…no es que los individuos deseen menos; al contrario, desean cada vez más; pero sus deseos se han teñido de algo un tanto llamativo y chillón; sin ser puros simulacros, son en gran parte un producto de decisiones externas que podemos llamar, en sentido amplio, publicitarias. No hay nada en esos deseos que evoque la fuerza orgánica y total, tercamente empeñada en su cumplimiento, que sugiere la palabra “voluntad”. De ahí se deriva cierta falta de personalidad perceptible en todos los seres humanos.
Profundamente infectada por el sentido, la representación ha perdido por completo la inocencia…la introducción masiva en las representaciones de referencias de burla, de doble sentido, de humor, ha minado rápidamente la actividad artística y filosófica. Todo arte, como toda ciencia, es un medio de comunicación entre los hombres. Es evidente que la eficacia y la intensidad de la comunicación disminuyen y tienden a anularse desde el momento en que se instala una duda sobre lo que se dice, sobre la sinceridad de lo que expresa…la propensión al desmoronamiento que muestra la creatividad en las artes no es sino otra cara de la imposibilidad, tan contemporánea, de la conversación. Es como si, en la conversación corriente, la expresión directa de un sentimiento, de una emoción o de una idea se hubiera vuelto imposible, por ser demasiado vulgar. Todo tiene que pasar por el filtro deformante del humor, un humor que termina girando en el vacío y convirtiéndose en trágica mudez.
…los occidentales contemporáneos ya no consiguen ser lectores; ya no logran satisfacer la humilde petición de un libro abierto: que sean simplemente seres humanos, que piensen y sientan por sí mismos.
Con mayor motivo, no pueden desempeñar ese papel frente a otro ser. No obstante, tendrían que hacerlo: porque esta disolución del ser es trágica; y cada cual, movido por una dolorosa nostalgia, continúa pidiéndole al otro lo que él ya no puede ser; cada cual sigue buscando, como un fantasma ciego, ese peso del ser que ya no encuentra en sí mismo. Esa resistencia, esa permanencia; esa profundidad. Todo el mundo fracasa, por supuesto, y la soledad es espantosa.
…La publicidad instaura un superyó duro y terrorífico, mucho más implacable que cualquier otro imperativo antes inventado, que se pega a la piel del individuo y le repite sin parar: “Tienes que desear. Tienes que ser deseable. Tienes que participar en la competición, en la lucha, en la vida del mundo. Si te detienes, dejas de existir. Si te quedas atrás estás muerto.”
La publicidad fracasa, las depresiones se multiplican, el desarraigo se acentúa…sigue perfeccionando medios de desplazamiento para seres que no tienen ningún sitio adonde ir porque no están cómodos en ninguna parte; sigue desarrollando medios de comunicación para seres que ya no tienen nada que decir; sigue facilitando las posibilidades de interacción entre seres que ya no tienen ganas de entablar relación con nadie.

Michel Houellebecq, El mundo como Supermercado, 2000


El buen gusto consiste en no insistir, todo el mundo lo sabe.

Albert Camus, La Peste, 1948

13 comentarios:

patricka dijo...

no leí todo lo admito,
pero quiero más a mi Rober con su vida :) y sus cosas raras y aburridas, horita lo leo bien!
Un beso

O.M.A.R. dijo...

No me importa quien se entere. Pero igual y si te mudas más al norte tendrías más suerte con aquella cuestión. Plus: así que esa mujer es pianista, mira nomás...

He de confesar junto con Ani, mi pecado de no haberlo leído todo (me dió tremendísima h..va, y de hecho no entiendo como no te la dió a ti el escribirlo).

Sin embargo si leí un poco y hasta te robaré una de esas frasecillas...

O.M.A.R. dijo...

Aclaración para el buen Bob: adjunta a mi último post.

Laleiros dijo...

¡Wow! ¡Qué gusto! Soy feeeen de los últimos tresss

Anónimo dijo...

Para esto de documentar el optimismo, me anexo al post con dos citas, contradictorias y, por eso, felices entre ellas:

"El tiempo para leer, al igual que el tiempo para amar, dilata el tiempo de vivir" (Daniel Pennac, en un libro que creo que le gustaría, amigo Bob: "Como una novela").

"Mala cosa fomentar la afición a la lectura entre niños. Cuando los jóvenes lectores sean mayores estarán indefensos ante la vida, que es ágrafa, analfabeta y audiovisual" (Juan Carlos Onetti, je).

C. De La O dijo...

Eventualmente uno vuelve a estar deprimido porque las causas que lo obligan a no estarlo se desvanecen. Entonces uno muy tirado a estar azul, pues regresa a donde inicio.

Y así...

Eso diré y agregaré un saludo.

Octopus Queque dijo...

"y muchas veces convertimos todas las fuerzas del alma en destreza y en esplendor, destinados a accionar sobre unos seres que sentimos perfectamente que están fuera de nosotros y no alcanzaremos nunca."

Jijos. Oh My God. Es una de las cosas más hermosas que he leído ultimamente. Proust es una de las cosas más chingonas, ever. Recordé algo que leí en La Naturaleza Del Amor de Irving Singer, que justamente está citando a Proust, mira, lo pongo:

"Hacer el amor es un acto de posesión física en el que, paradójicamente,el poseedor no posee nada".

Jijos.Ese libro está bueno, nada como teorizar al amor. He tratado de leer Los placeres y los días de Proust, pero no he podido, siempre se cruza un libro y luego otro y así, ad nauseam. Snif. Por otra parte, qué ganas de leer a Michel Houellebecq, ya lo leeré. Yo ando con Milorad Pavic, con el de Pieza Única, está bien curioso, jamás había leído un libro que describiera todo con tanta magia (literalmente, no se me ocurre otro adjetivo O_O).

Saludines Bob! Por cierto, no es metro copilco, era patriotismo el de mi header! Pero en mi blog todos ganas, así que, ganaste! :D

Un besote tronadísimo!

Jo dijo...

y es acaso posible que no se te haya ocurrido nada mas largo?
Escribir siempre es grato seas de talo cual carrera, hay quien toda su vida se dedico a algo y a la mitad de su vida publico y lo catapultó a algo mejor... en español o en frances... buen post.

aunque estoy contrariada, alguien me dijo una vez que yo posteaba demasiado largo... y extenso
pero creo que le dire que tu me la ganas.... con que poco se asustan a veces no?...

admito que no lei todo. seguro volvere a posar las pupilas por aqui para devorarmelo a sorbos.

Mario Vela dijo...

saca la filosofia..

priori los juicios a friori son confusos normalmnet no puedes enteder la realidad.

entiendo la necesidad de escribir algo, pero aveces las situaciones no ayudan, cosa que hace que sea comple, raro, o que nadie te entienda.

sera que un anovia te ayude a hacer mas interesante la realidad, o solo es mera sugerencia?

si le funciona hai me comenta para intentarle.

su servidor..

saludos.

Poala dijo...

Tus posts largos, si, aburridos, no. Y a mi si me gusto el anterior. De este ya saque mi top 5 y le di copypaste.
El párrafo que esta en francés me hizo regañarme mentalmente de no haber aprendido nada en tres años mas que “Je mange posion”.

Anónimo dijo...

LO MALO DE TRABAJAR EN LA NOCHE, ES QUE SE TE HACE ETERNO EL TIEMPO, Y PUES QUE MEJOR QUE LEER TU BLOG, PARA SI AL MENOS NO ACORTARLO (DE HECHO SE ALARGA MAS), HACERLO MAS ENTRETENIDO, SALUDOS ESTIMADO ROBERT.

Anónimo dijo...

Wow, esa victoria del América te debe tener en las nubes, hasta yo me enorgullecí como mexicano, y aunque le voy al Toluca :p, se sintio bien ver al América meter tantos y tan buenos goles, ojalá se levanten rápido y Romano los lleve por buen camino, porque al futbol nacional le hace falta un equipo al que odiar y que además de todo juegue bien.

Guillermo N. A. dijo...

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Prefiero los textos cortos y contundentes... lo que no me había ocurrido antes era hallar perfectamente hilados tantos de ellos... no sé si te haya costado mucho o poco el haberlos elegido, y escrito, pero de cualquier modo gracias... me identifique parcialmente en todos ellos...
Mi padre suele coleccionar "tornillitos" en botes de galletas, o de café... cuando requiere alguno, vacía por completo el contenido del bote y así puede encontrar el que necesita con mayor eficacia, o quedar plenamente convencido de que no lo tiene... esto es, quizás habría que aceptar, sin razgarse las vestiduras, que el mundo en verdad no tiene remedio...

Saludos...
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