16 feb 2008

plenamente incómodo


Para efectos de orden, que es lo que más me complica sacar adelante el post, sugiero un índice:


-shhhhhhhhhhhttttttt/cada vez peor persona

-varias horas de viaje

-no tengo ganas de arreglármelas

-necesito novia

-segunda llamada




Shhhhhhhhhhhttttttt/cada vez peor persona


El jueves las circunstancias me llevaron a la biblioteca central de CU a verme con el greñas. Antes pasaba un buen rato en la central, pero cerraron la sección de arte, quitando lo bonito de vagar entre anaqueles a ver qué se encontraba uno y perdiendo definitivamente algunos libros que las gordas que atienden no atinan a encontrar, y entonces te regresan tu papeleta inútil, y hay que hacerla de nuevo, y sacar la credencial gastada de la cartera gastada, y te envileces poco a poco. Ahora, la sola idea de meterme a la central me deprime. Dos cosas me fastidian sobremanera y las evito con medidas a veces ridículas: sacar fotocopias y sacar libros con papeleta y demás trámites. Sin embargo, la atmósfera de la central el jueves era tan típica que fui y saqué un par de fotocopias. Estoy autistamente convencido que la única persona en este mundo que me comprende sin la necesidad de conocerme es Michel Houellebecq, chequen:


"Sin embargo, cada individuo es capaz de producir en sí mismo una especie de revolución fría, situándose un instante afuera del flujo informativo-publicitario. Es muy fácil de hacer; de hecho nunca ha sido tan fácil como ahora situarse en una posición estética respecto al mundo: basta con dar un paso a un lado. Y en última instancia, incluso este paso es inútil. Basta con hacer una pausa; apagar la radio, desenchufar el televisor; no comprar nada, no desear comprar nada. Basta con dejar de participar, dejar de saber; suspender temporalmente cualquier actividad mental. Basta literalmente, con quedarse inmóvil unos segundos."


Pero el punto es que desde que entré sabía que andaba mal. En un momento sonó el celular, nadie reconocible. Volvió a sonar y contesté. Buscaban a un tal Juan con una voz apenas audible. Salí de la biblioteca pero no obtuve mayores razones de la chica confundida. Regresé y el greñas me pregunta:


greña: ¿quién era?

yo: puta madre, una pendeja que estaba confund...equivocad..digo, que confund, que se equivoquen con uno de casa pero con celular, me caga que...

greña: no te enojes.


Ahí fue cuando sabía que algo definitivamente estaba mal. Y pasó sin necesidad, de hecho. Una vez que obtuve mis copias de "El Mundo como Supermercado" sonó el celular otra vez y lo apagué. Subí a encontrarme con el greñas y su chica, que estaba revisando libros. Me senté apaciblemente en la mesa en la que estaban instalados además de otra persona y pregunté, como mero intercambio de información que se acompaña con el acto de sentarse, si había encontrado lo que buscaba. Inmediatamente, y con una enorme cara de circunstancias, greñas me pidió que me guardara silencio. Lo lamento, pero las caras de circunstancias me exasperan. Casi cualquier cosa ceremoniosa que me digan con caras de circunstancias me pide a gritos que la desdeñe. Es algo patológico, creo, pero si alguien baja la voz, cambia su expresión a una angustiosa-apenada y te pide algo como si te lo rogara, todo con una voz que te obliga a acercar la cabeza al otro, me irrito y trato de restaurar una voz normal, una manera sana de comunicarse con el otro. A esto yo no estaba gritando ni mucho menos. Aún así, tras el odioso shhhhttttt le dije al greñas, con un tono de voz bajo pero sin dejar de ser una voz normal que "Hasta en mis tiempos se podía hablar en la biblioteca". Me replicó con otro shhhttttt. Evidentemente se refería a la otra persona en la mesa, pero ni siquiera era audible ni mucho menos molesto. "¿Qué?" Más shhhtttt. Entonces se levantó la persona en cuestión y mientras se alejaba de la mesa se dirigió a mí, no dejó de alejarse y apenas alcanzó a voltear la cabeza un segundo o dos mientras me increpaba. No entendí casi nada de lo que me dijo, pero lo hacía con un tono abiertamente agresivo. Creo que me dijo chavo, también creo que había un tono de pregunta. Me imagino que habrá sido algo así como si me iba a quedar ahí a hablar a altos volúmenes sólo para molestarla a ella con todas mis intenciones. Yo ni siquiera sabía que la persona en la mesa era una chica. Me indigné más que si hubieran pasado diez RTP's exclusivos para mujeres, tema que me sigue haciendo apretar los puños. Mientras trataba de procesar lo que me había lanzado, recargado con desgarbo en la silla, le pregunté al greñas qué había dicho. Al parecer, antes que yo llegara ya les había lanzado una bandada de reclamos a él y a su novia por hablar también. Me imagino que lo habría hecho tan rápido que para cuando me había sentado ya habían convenido en adoptar una actitud de absoluto silencio. Me abstuve de seguirla y responderle por puros motivos de practicidad: creía que había ido con alguna bibliotecaria a sacar un libro. Pero volteé y había dejado el que estaba leyendo: ¿Qué es la filosofía? de Deleuze y Guattari. Estaba decidido a que, cuando llegara, le reclamaría su tono evidentemente ofensivo -me dijo chavo- con uno implacablemente refinado y mamón. En todo el tiempo que me quedé allí no regresó. Nos pasó de largo y se perdió en los anaqueles. Dió vueltas y no volvió, aunque su libro y sus cosas seguían allí. Tuvimos que irnos antes de que regresara, ya era tarde. Yo estaba dispuesto a decirle:


"¿Oye? No entendí nada de lo que me dijiste cuando te levantaste pero me imagino que era porque estaba hablando, pero te alejabas y me dejaste sin poder responder, así que evidentemente no tenías la menor intención de hablar conmigo sino de advertirme o decirme algo sin importar lo que tuviera que responder, además que se te escuhaba un tono agresivo y ofensivo, creo que me dijiste chavo. La verdad ni siquiera había notado que estuvieras ahí, pero tampoco hablé fuerte, así que espero que no pensaras que hablaba sólo para molestarte. Eso sí habría sido ofensivo, pero no fue lo que pasó. Así que quien tenía ánimos de molestar eras tú, pues bastaba con decir si podía hablar más bajo o, en el peor de los casos, reprenderme diciendo que estábamos en una biblioteca y que no podía proferir una sola palabra, porque me imagino que más abajo del nivel de mi voz lo que sigue es no hablar. Pero no lo hiciste, te paraste para que no pudiera decir nada, me dijiste chavo con un tono agresivo y te fuiste. Entonces yo debería ser agresivo contigo. Te diré que no me agrada tu actitud. Yo pierdo la fe en la humanidad cada vez que salgo de mi casa, pero sigo creyendo que es posible tenerle fe, cosa que creo que deberías hacer. Ahora mismo, a pesar de haberme inmiscuido contigo porque te enojaste conmigo, no pierdo mi fe en la humanidad, pero tú deberías intentarlo. La verdad soy una pésima persona, pero deberías intentarlo."


La idea, por supuesto, era que se desesperara y echara a gritarme o que me abofeteara ante semejante mamonería mía. Que me golpeara habría sido maravilloso. Vaya que soy un marica quejumbroso, pero gente así es peor que todo. El greñas nos dijo, ya con el Mario Flores sentado en el lugar recién liberado, que la chava estaba emputadísima. Pues que vaya y se la cojan, pero que no me regañe innecesariamente cuando no hago ruido. Yo soy de los que no hablan ni en defensa propia en el cine o en clases o en la biblioteca. Trato de no meterme en las vilezas de nadie, hasta me da pena hablar por celular en un lugar cerrado. Yo hago mi parte, cualquier cosa que venga de afuera es un contratiempo para mí.


Varias horas de viaje


El jueves de mi borrachera absurda e infantil (soy de la opinión de Radha, ponerse hasta atrás no es la onda) le preguntaba a una amiga que se había sacado el premio del que les hablaba sobre qué iba a hacer con el dinero. Se iría a Nueva York. Cuando le manifesté mi empatía y mi entusiasmo ante semejante -y necesario- idea me preguntó si ya había ido. Mi respuesta fue la misma de siempre en el tópico de los viajes: "Una vez fui a Oaxaca, es lo más lejos que he llegado". A mis veinticuatro años no he ida más allá, le dije que ni siquiera tenía pasaporte ni visa ni cartilla militar y me dijo que las iba a tener. Le respondí que "no sabría decirle". Ella insistió optimistamente diciendo que no me estab preguntando, que me estaba diciendo que las tendría. Le dije que no sabría decirle y se rió amablemente y se acabó el tema. Viajar es una cosa maravillosa, me imagino, pero requiere gastos. En mi carrera es moneda común decir que uno de los objetivos a corto, mediano y largo plazo de uno es viajar. Nunca he entendido cómo es que una actividad supuestamente de esparcimiento se convierte en una meta profesional prácticamente dada por hecho. La verdad es que en el plano de viajar soy un malcogido. Una vez una chica con la que anduve me reprendió mi no afición a viajar y le dije lo de siempre: poco dinero. Me dijo: "Se llama vivir, Bob". Me estaba dando campo abierto para replicar pero me detuve. La cosa se vino abajo, al fin de cuentas. Mi posición, una vez obviado el asunto de mi baja y tacaña economía, es que viajar ha de ser bonito pero no me muero de ganas por que me cuenten cómo es que, allá, en un lugar diferente, la vida, la gente, la comida, las calles y las costumbres son diferentes. Es casi enternecedor escuhar a alguien maravillado de que otro lugar sea otro lugar. Cuando por fin vaya a Europa voy a regresar de mi viaje a hablar de nada más que de mi viaje a Europa hasta que la conversación llegué a los óídos de una chica guapa que también haya ido a Europa y que también desee con urgencia hablar de su viaje a Europa. Entonces vamos a hablar horas y horas de nuestras experiencias en Europa y nos vamos a hacer amigos "en Europa", es decir, hablando de Europa y de nada más. Cuando llegue un nivel de intimidad considerable, en medio de nuestras risas, le voy a decir: "Somos unos pendejos, vamos a enamorarnos".


No tengo ganas de arreglármelas


Rechazar los cargos de antipatía me pone muy nervioso. No se puede decir nada cuando te dicen: "No seas mamón", "wey, no mames". Si te dicen que eres un jodido antipático no te queda nada con qué defenderte. ¿Qué vas a decir? Nada. El caso es que el pasado jueves, evadiendo los cargos, me reclamaba el Mario Flores que no quisiera ir a la casa del ex preparatoriano graduado del que ya conté porque ya era tarde y no tendría cómo regresar. Me preguntó por los horarios de los camiones que me llevaban a mi casa (¿por qué hacerlo, uno se supone que conocería mejor su ruta de camiones?) y por otras maneras. Sugirió un taxi (no me subo a un taxi ni en defensa propia), sugirió varias soluciones. Entonces, evidentemente desesperado y sin ganas de condescender, me dijo:


Marioflores: Pues wey, te las arreglas y ya.

Bob: No tengo ganas de arreglármelas.


Uno suele escuchar frases que se le quedan grabadas en la cabeza por distintas razones. Por lo general dichas frases las profieren amigos o libros, pero aún así, en cuanto dije esto último, No tengo ganas de arreglármelas, me sonó a que allí estaba todo el problema. El problema es que no se me da la gana arreglármelas, pero hasta antier no sabía cómo decirlo. No se me da la gana arreglármelas. Ahí está el problema.



Necesito novia


Mi etiqueta de posts de 'necesito novia' ya es más una actitud que una súplica. Vivo con, no contra eso. El mismo miércoles pasado me llegaron pistas de que tal vez mi actitud estóica no es tal, sino una plena y simple necesidad. Mi maestra me dijo que necesito novia, así, que mi trabajo está my frío y que la madre y media y que vamos a presentarle una chamaca a Roberto o hasta dos. No se tocó el corazón y lo sugirió no una ni dos sino tres veces en el día, llegando la tercera a sugerir tres chicas. Yo sé mis límites, le dije. Afortunadamente cuando lo hizo no se encontraba alguna chica guapa cerca a la que pudiera parecerle patético que me recomendaran tener novia. En estos menesteres las chicas feas son un cero a la izquierda, pues si les parece material de burla uno siempre puede replicar con malicia, y si ocurre lo contrario siempre está la condescendencia, tan cálida, del sexo opuesto.

Más tarde ese miércoles, mientras hacía algunas cosas urgentes en la computadora, mi mamá, desde su cama, me decía:


mi mamá: Mañana es catorce de Febrero, Rober, ¿no tienes novia?

yo: Sí, mamá. Estoy aquí en la computadora.



Segunda llamada


Caja Rápida invade la ENAP. Viernes 22 de febrero 2008, 14:00 hrs. Todos invitados.

7 comentarios:

El Mareo dijo...

A mí también me afectó tu respuesta, mano. Primero, tu apatía absoluta al asunto de verme fue alarmante, luego tu respuestita acá fsss profunda -no tengo ganas de arreglármelas- fsss... wey, me preocupé.

Jeje. Pero estás bien, ¿verdad? Novia ASAP, por favor.

Anónimo dijo...

Bueno, como no haré índice de comentario va todo junto: ya leí las partículas elementales, me gustó mucho; lo de que la gente se encabrone en las bibliotecas es muy cobarde, en lugar de hablarte, y confrontarte, se salen son el shhhh y ponen cara de mamones, ¿qué tanto puede estorbar una risa en el apredizaje; estorba de verdad? Beba con moderación, bob, si no, pues invite.

Anónimo dijo...

Bueno, como no haré índice de comentario va todo junto: ya leí las partículas elementales, me gustó mucho; lo de que la gente se encabrone en las bibliotecas es muy cobarde, en lugar de hablarte, y confrontarte, se salen son el shhhh y ponen cara de mamones, ¿qué tanto puede estorbar una risa en el apredizaje; estorba de verdad? Beba con moderación, bob, si no, pues invite.

sirako dijo...

jojo, me encantas bob, si fuera una chica guapa de senos firmes y nalgas limpias y prominentes iría corriendo a tus brazos. pero afotunadamente no soy, porque tus ganas de inseminar a quién se deje no van con mi físico imaginario, imagíname así de gorda!


por otro lado, creo que antes que nada debes apresurarte por perder la fe en la humanidad aunque sólo sea parted e un discurso por desesperar a alguien no la tengas en mente nunca, eso es un problema muchísimo peor que el no querer arreglártela, cuanso uno no se las quiere arreglar al menos se asegura que el arrglo no será un maicolyacsonazo (puf, imagina)

aquí acaba el tono regañón de mi párrafo anterior, como sea, las novias están sobrevaloraddas, pero cof cof, tercera llamada, hay cientos de chicas sedientas de tí, seguro.

ash me choco.

El Mareo dijo...

Funny fact about Sirako and Bob: Uno me recuerda al otro así bieeeen cabrón en la vida real. Sugiero que se conozcan a la brevedad.

sirako dijo...

ya nos conocimos y luego hasta tuvimos sexo cibernético.

digo, va.

Anónimo dijo...

Bob:
Tu redaccion me parece de lo mas...Woody-Allen-esca. Con una parsimonia tal, que adquiere el ritmo exacto para disfrutar tu texto.
Eres la neta compadre.